El llamamiento, que expresaba una profunda indignación y consternación, fue enviado a la Unión Interparlamentaria, a la AP de la OSCE, a la AP del Consejo de Europa, al Presidente del Europarlamento, a la AP de Euronest, a la IPA de la CEI, a la AP de TURK, a la AP de la OCI, a la PABSEC, a la AP de GUAM, a la Asamblea Parlamentaria Asiática, a la AP de la OTAN, a la AP de la Organización de Cooperación Económica y a la AP de ASEAN.

La presidenta del Milli Majlis y los jefes de las delegaciones parlamentarias condenaron enérgicamente este acto de violencia y lamentaron la indiferencia hacia los derechos y la seguridad de las minorías étnicas en Francia, así como el arraigado desprecio, la xenofobia y la intolerancia religiosa hacia los miembros de pueblos distintos de los propios franceses.

Cabe señalar que este sangriento crimen de odio racial es una manifestación de los problemas sistémicos y el doble rasero a los que se enfrentan en Francia los miembros de varias minorías étnicas, incluida la comunidad argelina, cuando exigen un trato igualitario, justo y digno. Las personas que quieren que se escuche su voz reciben una muestra desproporcionada de fuerza en lugar de diálogo, lo que aviva aún más las tensiones. Asimismo, el llamamiento pone de relieve la magnitud de las protestas masivas y los disturbios causados en París y otras ciudades francesas por la violencia policial asimétrica, la anarquía y la discriminación que se han convertido en moneda corriente en ese país. El levantamiento se debe también a la desconfianza de la población en el gobierno.

La presidenta del Parlamento de Azerbaiyán y los jefes de delegación deploran el hecho de que las instituciones democráticas y de derechos humanos europeas no hayan prestado la debida atención a estas peligrosas tendencias demostradas por el Gobierno francés, a pesar de que podrían conducir a un deterioro de la protección de los derechos humanos en el país, especialmente de la protección de los derechos de las minorías nacionales.

Por último, el llamamiento vuelve a condenar enérgicamente la violencia que ha tenido lugar y subraya la importancia del Estado de democracia, el Estado de derecho. Se insta al Gobierno francés a entablar un diálogo constructivo con los representantes de las minorías étnicas y otros grupos sociales, así como con la sociedad civil, todo ello en consonancia con los instrumentos internacionales de derechos humanos, a fin de atajar las causas profundas de estos delitos de odio por motivos raciales y nacionales. También se insta al gobierno francés a aplicar reformas encaminadas a establecer los principios de igualdad, justicia y respeto a todos los seres humanos.

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