Según AZERTAC, la gran fiesta comienza la víspera, el 6 de enero, con la Noche Santa. Para los cristianos ortodoxos es el último día de un ayuno de 40 días y un periodo de preparación intensificada para la celebración de la Navidad. Por la noche, tras la puesta de sol, toda la familia se reúne en torno a una mesa con 12 platos de ayuno, el número de los Apóstoles. Ningún plato debe dejarse sin tocar: cada uno debe probarse al menos un poco. Es una buena idea tener una vela encendida en la mesa: un fuego vivo. El plato principal de la cena es kutya. Tradicionalmente se elabora con trigo, pero también pueden utilizarse otros cereales integrales. La sémola y los granos son un símbolo de personas unidas por la humanidad. Como pegamento, en el kutya se utiliza miel o jarabe de azúcar. Con esta comida finaliza el estricto ayuno navideño: el 7 de enero se levantan todas las restricciones y es posible darse un auténtico festín festivo.
En Azerbaiyán, la comunidad cristiana ortodoxa celebra la Navidad todos los años. El cristianismo en Azerbaiyán tiene una historia muy larga. No es casualidad que las primeras iglesias cristianas del Cáucaso aparecieran en Azerbaiyán. Durante siglos, las religiones del mundo han coexistido pacíficamente en nuestra tierra y han desempeñado un papel inestimable en la construcción de relaciones amistosas y fraternales entre los pueblos. Nunca se ha dado un caso de intolerancia nacional y religiosa en Azerbaiyán. Los cristianos de Azerbaiyán, al igual que los representantes de otras confesiones, son miembros de pleno derecho de la sociedad y participan activamente en su vida. Hay varias iglesias ortodoxas aquí, en Azerbaiyán.
Todos los años, el presidente Ilham Aliyev felicita la Navidad de la comunidad cristiana ortodoxa de Azerbaiyán. El mensaje dice: "En Azerbaiyán, donde históricamente ha existido una atmósfera de amistad y fraternidad, una elevada cultura de la coexistencia, representantes de diferentes naciones y confesiones religiosas han vivido en paz y tranquilidad durante siglos. Hoy en día, en Azerbaiyán, reconocido como uno de los centros del multiculturalismo en el mundo y que ha contribuido significativamente al desarrollo de las relaciones intercivilizacionales, independientemente de la lengua, la religión o la nacionalidad, todos gozan de los mismos derechos y libertades. La preservación y el fomento de la diversidad cultural, los elevados principios humanistas y las ricas tradiciones de tolerancia formadas en nuestra sociedad durante cientos de años figuran entre las orientaciones prioritarias de la política estatal de Azerbaiyán. Quiero señalar con satisfacción que nuestros compatriotas cristianos, así como otros grupos religiosos nacionales de Azerbaiyán, manteniendo sus tradiciones y costumbres, lengua y cultura, participan activamente en todas las esferas de la vida social y política y cumplen adecuadamente su deber cívico en el gran proceso de desarrollo y creación que tiene lugar en Azerbaiyán.
Con este motivo, en la noche del 6 al 7 de enero se celebraron servicios ceremoniales en todas las iglesias ortodoxas de Azerbaiyán.
Antes del inicio del servicio festivo de Navidad en la Catedral de los Santos Portadores de Mirra, el secretario de la diócesis de Bakú, el archimandrita Alexis (Nikonorov), declaró a los periodistas en una entrevista: "En esta noche, todos los cristianos ortodoxos, los cristianos de tradición oriental, celebran la Navidad. Es una de las fiestas más esperadas, alegres y felices entre los cristianos. Podemos leer sobre lo que significa este día en el Evangelio, pero para comprender la esencia de esta fiesta tenemos que remitirnos a las palabras que oímos de los ángeles. Cantaron, apareciéndose a los pastores en la noche de Navidad, una canción que consistía en lo siguiente: Gloria a Dios en el cielo, en la tierra paz y benevolencia a los hombres.
La fiesta de Navidad siempre se ha asociado a la paz. Pero si miramos la historia, en la época en que nació Jesús, hoy en día vemos que siempre ha habido y sigue habiendo poca paz en la tierra. El mundo está dividido por guerras, por actitudes. E involuntariamente nos preguntamos: ¿Qué trajo esta fiesta, qué tipo de canción fue, qué tipo de paz proclamaron los ángeles? La respuesta a esta pregunta es nuestra tradición, que dice que el hombre debe buscar la paz ante todo en sí mismo, en su corazón, y esta paz debe desearla para sus vecinos y todos los que le rodean. No puede haber paz en el mundo si se construye sobre el egoísmo. Por ello, en esta festividad quiero desear a todos que luchen por la paz, por la justicia, no sólo para sí mismos, sino también para los demás. Felices fiestas, queridos compatriotas!"

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