Durante la ocupación, Armenia enterró más de un millón de minas terrestres en tierras de Azerbaiyán. Esta es una brutalidad sin precedentes contra la naturaleza y la humanidad. El problema de las minas terrestres, un terror ambiental, aún persiste. Incluso en el período de posguerra, Armenia no detuvo su política de plantar minas.
Desde el 12 de diciembre, representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) de Azerbaiyán han estado protestando cerca de Shusha, cerca del puesto de las fuerzas de paz rusas, que están estacionadas temporalmente en el área.
Las protestas, que continúan desde hace ocho días, tienen como objetivo inspeccionar las condiciones ambientales en el depósito de oro 'Gizilbulagh' y el depósito de cobre-molibdeno 'Damirli', monitorear varias áreas, organizar registros de propiedad catastral, evaluar riesgos y amenazas potenciales para el medio ambiente, así como fuentes de agua subterráneas y superficiales.
Etiquetas: