En España, cada vez menos parejas apuestan por el matrimonio, y de hacerlo, escogen la vía civil. La sociedad española actual nada tiene que ver con la del año 2000, cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) registró la cifra más alta de matrimonios católicos, aproximadamente 160.000, un 75% del total.

Sin embargo, 17 años más tarde, la situación ha cambiado radicalmente. Durante el primer semestre de 2016, se registraron 68.560 matrimonios, según los últimos datos publicados por el INE, lo que supone un 2,7% menos respecto al año anterior. Del total de uniones, solo 15.204 fueron bodas católicas, frente a las casi 53.000 exclusivamente civiles.

Un cambio de mentalidad

Gemma y Luis son de los que escogieron la opción de celebrar una boda eclesiástica. Se casaron en 2012, en una ceremonia que contaba con casi 170 invitados. "Soy de familia católica, y no sé, tampoco nos planteamos otra opción. Supongo que somos bastante tradicionales en cuestión de familia", explica Gemma.

Diferente fue el caso de Lucía y Pablo, recién casados en los juzgados. "La boda fue muy pequeña. Nuestros padres, mi hermana y dos hermanos de Lucía, y algún familiar muy cercano", cuenta Pablo, que añade que su esposa no es católica y "yo no soy muy religioso". Además, tampoco querían celebrar una boda multitudinaria que requiriera "malgastar" su tiempo libre en la organización.

En cualquier caso, desde la entrada en el nuevo siglo, el número de matrimonios formalizados experimenta una tendencia a la baja, y el de parejas que escogen recibir el sacramento por la Iglesia disminuye constantemente. De hecho, en 2010, el INE informaba que por primera vez en la historia de España el número de matrimonios civiles superaba al de los matrimonios católicos (94.993 frente a 80.174).

La religión ya no regula el matrimonio

En un artículo publicado en `El País`, el sociólogo Alfonso Pérez-Agote, autor del libro "Cambio religioso en España: los avatares de la secularización", sostiene que la disminución del número de matrimonios se debe a la crisis económica, que ha retrasado el paso de la juventud a la edad adulta de los 25 a los 30 años, así como en un cambio en la cultura de la familia: "Los jóvenes de hoy, son los hijos de los desinteresados en la religión, cuando piensan en casarse no piensan en la Iglesia, ya es algo muy lejano para ellos", afirma.

Por su parte, Juan Ignacio Martínez Pastor, profesor de la uned y experto en sociología de la familia, considera que para algunas generaciones de nacidos durante el siglo XX la trayectoria matrimonial típica fue la de casarse casi todos y en la juventud. Ese patrón comenzó a variar entre los que nacieron sobre todo a partir de los sesenta que iniciaron una tendencia que se ha ido reforzando en generaciones posteriores, de modo que los españoles se casan cada vez menos y con más edad.

Autor del libro "Nupcialidad y cambio social en España", para Martínez Pastor ha habido una perdida de influencia de la Iglesia en la sociedad española, donde la gente afirma ser católica pero solo un 10% es practicante, por lo que la religión ya no regula el matrimonio.

RT.actualidad

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