los grupos denunciados por empresas de seguridad cibernética sospechosos de tener supuestos vínculos con Rusia. Tales organizaciones son llamadas en el documento `servicios de inteligencia rusos` sin que haya evidencias de que exista tal conexión. Carr agregó que si existiera alguna evidencia capaz de vincular a Rusia a la filtración de los correos del partido demócrata, tal información ya sería conocida por todos. El experto consideró que el hecho de que no haya ninguna evidencia pública puede significar que la misma es clasificada, o que sencillamente no existe. "Si [la evidencia] es clasificada, una comisión independiente debería revisarla, pues toda esta asignación de culpa contra el Gobierno ruso se parece cada vez más a una operación política doméstica dirigida por la Casa Blanca", subrayó Carr. Robert M. Lee, fundador de la compañía de ciberseguridad Dragos, publicó una larga crítica en la cual califica el informe del Gobierno estadounidense de "mal hecho".
Lee, además, considera que EEUU acusa a Rusia de participar en los ciberataques sin tener evidencia. El experto señaló también que el documento parece haber sido "preparado aprisa" con informaciones proporcionadas por "múltiples equipos trabajando con diferentes datos y motivaciones". Como resultado, el documento que debía probar la injerencia de Rusia en las elecciones de EEUU a través de hackeos es una "no-explicación muy confusa, la cual intentó reportar mucho y terminó revelando muy poco", concluyó Lee.
Sputnik
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