Al menos 39 personas murieron, entre ellos cuatro niños, y otras 100 resultaron heridas este viernes en un ataque con cohetes contra la estación de Kramatorsk, ciudad del este de Ucrania, donde centenares de personas esperaban un tren para salir de la región.
“Más de 30 personas murieron y más de 100 resultaron heridas tras un disparo de cohetes contra la estación (...) Es un ataque deliberado”, dijo en Telegram Oleksander Kamyshin, responsable de la compañía ferroviaria ucraniana Ukrzaliznytsia.
Minutos después, los servicios de rescate informaron de que había al menos 39 fallecidos.
Un reportero de la agencia de noticias AFP que acudió a la estación este viernes temprano vio a centenares de personas que aguardaban un tren para salir de la región, amenazada por una ofensiva rusa de gran envergadura, en dirección a otras partes más seguras del país.
Frente a la estación de Kramatorsk se veían varios automóviles carbonizados y los restos de un misil.
El lugar estaba sembrado de maletas abandonadas, vidrios rotos y escombros. El interior de la estación estaba cubierto de sangre, a menudo pisoteada y extendida hacia la calle, debido al movimiento de los cuerpos.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, calificó como una “maldad sin límites” de parte de Rusia el sangriento ataque contra la estación de tren.
“Como no tienen fuerza ni valor para enfrentarse a nosotros en el campo de batalla, destruyen cínicamente a la población civil. Es una maldad sin límites. Y si no se castiga, no cesará jamás”, dijo el mandatario en Telegram, denunciando los métodos inhumanos de las fuerzas rusas.
Por su parte, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, condenó “con firmeza” el ataque contra la estación de tren de Kramatorsk y acusó a Rusia de querer “cerrar las vías de evacuación” de civiles.
“Condeno con firmeza el ataque ciego de esta mañana contra una estación en #Kramatorsk por parte de Rusia, que mató a decenas de personas y dejó muchos heridos”, declaró Borrell en Twitter. “Se trata de un nuevo intento de cerrar las vías de evacuación para aquellos que huyen de esta guerra injustificada y causar de los sufrimientos humanos”, denunció.
Más de un mes después de la invasión de Ucrania por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, Moscú ha cambiado su enfoque hacia las partes este y sur del país después de que una fuerte resistencia torpedeara sus planes de una fácil captura de la capital, Kiev.
En cambio, las tropas rusas parecen tener como objetivo crear un vínculo terrestre largamente buscado entre la Crimea ocupada y los pequeños estados separatistas respaldados por Moscú de Donetsk y Lugansk en Donbas.
Fuertes bombardeos ya han comenzado a arrasar las ciudades de la región, y las autoridades han pedido a los civiles que huyan, pero la intensidad de los combates impide las evacuaciones.
En Donetsk, el jefe de la administración militar regional, Pavlo Kyrylenko, dijo que tres trenes de evacuación habían sido bloqueados temporalmente después de un ataque aéreo ruso en un paso elevado junto a una estación.
Pero los funcionarios continuaron presionando a los civiles para que se fueran donde fuera posible.
“No hay ningún secreto: la batalla por Donbas será decisiva. Lo que ya hemos experimentado, todo este horror, puede multiplicarse”, advirtió el gobernador de la región de Lugansk, Sergiy Gaiday.
“¡Vete! Los próximos días son las últimas oportunidades. Los autobuses te estarán esperando por la mañana”, agregó.
(Con información de AFP)
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