Una farmacia en el corazón verde

  25 Diciembre 2016    Leído: 426
Una farmacia en el corazón verde
Javier Hernández, farmaceútico, explica cómo es un día de su vida para asegurarse de que los medicamentos lleguen a los pacientes de zonas remotas en República Democrática del Congo

Cuando digo que soy farmacéutico con Médicos Sin Fronteras, la gente me corrige y me pregunta: “Farmacéuticos sin Fronteras, quieres decir, ¿no?”. “No, con Médicos Sin Fronteras”, respondo. "¡Ah!" , dicen. Y me miran más desconcertados aún.

Es normal. Desde que empecé la residencia en Bilbao, me persigue la misma pregunta, incluso de gente que trabajaba en el mismo hospital que yo. ¿Farmacéutico? ¿Pero hay farmacia en el hospital? Para que un equipo médico pueda trabajar en terreno, necesita todo un equipo de logística que le suministre lo básico para la subsistencia (alojamiento, comida, transporte), un equipo administrativo que le facilite la obtención de visados y gestión de entradas y salidas, el contrato y pago de salarios, la contratación de trabajadores nacionales y de transporte y, también, una farmacia que le proporcione medicamentos y material médico para tratar a los pacientes.

Hoy me había propuesto a mí mismo salir antes de las 19 horas, pero no hay manera. Recojo la mesa, desconecto el ordenador de la red por si hay tormenta y cubro todo con una de esas telas africanas con colores vivos. Mañana lo encontraré cubierto con serrín de la madera del techo. Las termitas no descansan.

Acabo de volver de una visita a la periferia y la actividad en Shabunda no cesa porque no esté allí. La periferia, ese concepto.

Hay veces en que me niego a llamarla farmacia: no deja de ser un almacén de medicamentos y productos sanitarios, desde gasas hasta sondas…

El proyecto de Shabunda se encuadra en la zona sanitaria del mismo nombre, en Kivu Sur, fronteriza con Ruanda y próxima al lago que da nombre a la provincia. Llegar aquí no es fácil a pesar de encontrarse relativamente cerca de Bukavu, la capital donde también se ubica nuestro equipo de coordinación. El viaje por carretera puede durar días, así que se suele hacer el trayecto en avioneta. Apenas una hora de vuelo.

Es en Shabunda donde tenemos la farmacia central, aunque se trata de un proyecto bicéfalo con centros en Shabunda y Matili. El segundo no está lejos, poco más de 30 kilómetros, pero se emplea no menos de hora y media en cubrir la distancia en moto. El camino es de barro rojo que atraviesa como una vena la carne verde de la jungla. Cada cierto tiempo, alguno de los escasos camiones que se atreven a intentar hacer la ruta queda atrapado en el lodazal tras romper alguno de los pequeños puentes de madera que jalonan el recorrido, bloqueando el paso a cualquier tipo de vehículo salvo a los viandantes.ElPais

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