Ante la incesante subida de las infecciones con el coronavirus y la creciente presión hospitalaria, el gobierno conservador-ecologista de Austria decidió ayer restringir a partir de esta medianoche la movilidad de las personas no inmunizadas contra la covid-19. “La situación es seria. La cuarta ola (de la pandemia) nos afecta plenamente. Eso se debe a la variante delta pero también a la baja cuota de vacunación”, dijo ante la prensa el canciller federal, el conservador Alexander Schallenberg.
Las medidas afectan a unos 2 millones de austríacos de los 8,9 que viven en el país centroeuropeo, donde el porcentaje de vacunación alcanza un 65% (en España es del 79%). “El porcentaje de vacunación es vergonzosamente bajo y sin subirlo no podremos salir de este círculo vicioso”, señaló el canciller.
La decisión del Gobierno austríaco puede servir de referencia para otras medidas parecidas que puedan tomar otros países europeos donde la pandemia sigue fuera de control, donde aumentan los casos y la presión hospitalaria por los ingresos y que tengan, también, porcentajes bajos de población vacunada.
A partir de hoy, los austríacos no inmunizados solo podrán salir de casa para ir al trabajo, a su centro de estudio o para satisfacer necesidades básicas como comprar alimentos y medicamentos, para ir al médico o a los centros de vacunación. Igual que en anteriores restricciones o confinamientos generales, podrán salir a dar un paseo cerca de sus casas. A los menores de 12 años y las mujeres embarazadas no les afectará esta medida, al igual que a los estudiantes de instituto. Quedará prohibido, bajo amenaza de denuncia y multa, ir de compras a tiendas no esenciales, acudir a restaurantes, bares, gimnasios y eventos culturales y deportivos, entre otros.
La incidencia de contagio entre los no vacunados es de unos 1.700 casos por 100.000 habitantes en siete días, con fuerte tendencia al alza. Entre las personas vacunadas, la incidencia es de 383 casos por 100.000 habitantes, con tendencia a la baja.
Para alcanzar resultados tangibles, se necesita reducir los contactos sociales en un 30%, aseguró el ministro de Sanidad austríaco, el ecologista Wolfgang Mückstein.
Muchos expertos dudan de la efectividad de estas medidas. Un estudio presentado en Viena el pasado viernes y avalado por 33 científicos exige restricciones más amplias, como obligar también a los vacunados a presentar en lugares públicos, como restaurantes, cines y teatros test PCR negativos, que en Austria son gratuitos.
Desde el estallido de la pandemia en marzo de 2020 han fallecido en Austria 11.706 personas por complicaciones con la covid-19, mientras que 2.327 se encuentran actualmente hospitalizadas, de ellas 433 en unidades de cuidados intensivos.
lavanguardia
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