Rashad Aslanov haciendo hincapié en que al ocupar la ciudad, las Fuerzas Armadas de Armenia tenían como objetivo obtener una ventaja estratégica para seguir su política de ocupación hacia otros territorios de la región de Nagorno-Karabaj, destruir monumentos materiales y culturales, así como romper la voluntad psicológica de los azerbaiyanos, y destacó que en la plena noche de un día febrero muy frío, los armenios perpetraron una matanza no visto,un genocidio contra la lesa humanidad, una masacre contra las personas indefensas ferozmente.

El embajador subrayó que el genocidio, que se cometió contra los civiles azerbaiyanos en la ciudad de Joyalí constituye una grave violación del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, en particular los Convenios de Ginebra de 1949, la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, Convención sobre los Derechos del Niño y Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales.

A continuación,el embajador agregó que como la consecuencia de lo que la jefatura político-militar de Armenia que cometió tales crímenes de guerra quedó en la impunidad, Armenia siguió con su política criminal y en el transcurso de la 2º Guerra de Nagorno Karabaj, en 44 días de conflicto más de un centenar de civiles azerbaiyanos, entre ellos los niños y mujeres fueron asesinados por los bombardeos de Armenia dirigidos contra las zonas residenciales alejadas de la línea de los combates.Atacando a la población civil y las infraestructuras de ciudades tan populosas de Azerbaiyán como Ganja, Barda y Tartar, ubicadas lejos del campo de batalla, Armenia una vez más se recurrió a cometer los mismos crímenes de guerra en 2020 que en 1992.

R. Aslanov aseveró que ninguna tragedia podría romper la voluntad de nuestro pueblo, 30 años después Azerbaiyán, bajo el liderazgo del presidente y comandante en jefe Ilham Aliyev, implementó las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el conflicto y liberó nuestros territorios ocupados y se ha puesto fin al anhelo de la tierra natal de alrededor de un millón de desplazados internos forzosos azerbaiyanos.

El profesor Paulo Botta, coordinador del Departamento de Estudios Azerbaiyanos de la Universidad de La Plata,al intervenir en el evento compartió sus impresiones de nuestra sociedad durante su visita a Azerbaiyán, señalando que Azerbaiyán es uno de los ejemplos más brillantes del concepto de "mirar hacia el futuro sin olvidar el pasado" y habló sobre el papel de mantener este equilibrio en el desarrollo general de nuestro país.

Al señalar que Azerbaiyán exige justicia, no venganza, Aslanov habló sobre la situación de posguerra en la región y Azerbaiyán, la postura de Azerbaiyán sobre la cooperación a la luz de las nuevas realidades y respondió preguntas.

Al final, se presentó a los participantes un documental realizado por la Fundación Heydar Aliyev con subtítulos en español.

Etiquetas: