Azvision.az informa que el embajador de Ucrania en Azerbaiyán, Vladislav Kanevsky, escribió al respecto en su cuenta de Facebook.
El diplomático destacó que ese día, los residentes de Bakú se despertaron con el sonido de los tanques soviéticos y los disparos, pero como resultado, toda la nación se despertó con un deseo de libertad:
"Este deseo de libertad tuvo un costo sangriento. En la noche del 19 al 20 de enero de 1990, las tropas soviéticas sitiaron Bakú y otras partes de Azerbaiyán, mataron a 131 civiles, hirieron a 744 personas inocentes, muchas de ellas discapacitadas y detuvieron ilegalmente a 400 personas.
Esto fue parte del intento de Moscú de evitar el colapso de la Unión Soviética. Sin embargo, las medidas represivas fortalecieron aún más el movimiento independentista, y la mayoría de la población azerbaiyana se dio cuenta de que no podía seguir siendo parte de la Unión Soviética, un imperio sangriento que había armado a sus ciudadanos.
Poco después de los azerbaiyanos, surgieron otros: Sayudis en Lituania, el Movimiento Popular en Ucrania, el Frente Popular de Estonia. Así, la URSS colapsó y las naciones fueron liberadas".
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