Estas opiniones fueron expresadas en un artículo del Gran Rabino Ashkenazi en Azerbaiyán, Schneor Segal, titulado "El miedo al genocidio cultural cristiano en Azerbaiyán es infundado", publicado en el principal recurso de información suizo Tribune de Geneve.

Al hablar sobre la tolerancia y el multiculturalismo en Azerbaiyán, el autor destacó que en el país conviven representantes de diferentes culturas y religiones. Dijo que cuando se trató de la devolución de los territorios ocupados a Azerbaiyán, muchos temían la destrucción de monumentos cristianos en estas áreas. Algunos forzaron apresuradamente a los armenios de esas zonas a retirar la cruz de las iglesias. Incluso en una entrevista con Bloomberg, un armenio dijo: "Al final, preferimos volar o quemar nuestras casas que quedarnos con musulmanes".

Schneor Segal escribe: “Este miedo me afectó. Porque como líder religioso en Azerbaiyán, un país musulmán, además de basándome en mi experiencia personal, me cuesta entender este sentimiento. Empecé a preguntarme si esa persona asustada había conocido alguna vez a algún azerbaiyano. Para mí, Azerbaiyán, ubicado en la encrucijada de culturas y religiones, es un país muy rico, un paraíso en términos de convivencia y protección de diferentes culturas y religiones.

Citando la experiencia judía, el Gran Rabino cita la experiencia de los judíos de las montañas, que una vez estuvieron muy extendidos por todo el Cáucaso y luego vivieron solo en un número limitado en la región. Dice que si bien muchos judíos se han visto obligados a huir del resto del mundo durante las guerras en las últimas décadas y han sido blanco de ataques, asesinatos y secuestros, siguen siendo una comunidad próspera en Azerbaiyán. Aproximadamente 15.000 judíos de las montañas constituyen la comunidad judía más grande de Azerbaiyán, con un total de 25.000 personas.

"Hay tres grupos judíos diferentes en Azerbaiyán: judíos de las montañas, judíos georgianos y judíos de una escena, de los cuales soy el rabino principal. Pero Azerbaiyán no es solo la patria de este pueblo. La población de Azerbaiyán se compone de musulmanes sunitas y chiítas, varias ramas del cristianismo. En la actualidad, al menos 30.000 armenios consideran a Azerbaiyán como su patria ”, se lee en el artículo.

El artículo también analiza las visitas del Papa Juan Pablo II y Francisco a Azerbaiyán y la construcción de la Iglesia Católica en Bakú. También se observa que las sinagogas, iglesias y mezquitas de Bakú están alineadas en las calles y están en muy buenas condiciones. Es importante que Azerbaiyán los preserve.

Las personas son cultura e historia. Es natural reunirse regularmente y cooperar con representantes de otras religiones que viven por igual en Azerbaiyán. Ninguna religión, por pequeña que sea, está excluida de la sociedad. Después de la visita del Papa Juan Pablo II a Bakú en 2002, el gobierno asignó terrenos para la construcción de la Iglesia Católica. El papa Francisco, que rezó en la misma iglesia en 2016, dijo que estaba impresionado por los fuertes lazos entre musulmanes, cristianos y judíos en Azerbaiyán. Dijo que estas buenas relaciones son de gran importancia para la convivencia pacífica y la paz en el mundo.

Schneor Segal escribe que todo esto demuestra que es posible mantener relaciones sinceras entre personas de diferentes creencias, comportarse en condiciones de respeto mutuo y cooperación por el bien común.

El artículo enfatiza que la tradición azerbaiyana de preservar el patrimonio religioso no se limita a sus fronteras. Cabe señalar que esta misión la lleva a cabo la Fundación Heydar Aliyev, que promueve la cultura azerbaiyana a nivel internacional, y la gran contribución de la fundación a la restauración de monumentos cristianos en todo el mundo. El bajorrelieve de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, las catacumbas de San Sebastián en Roma y la restauración de la Catedral de Estrasburgo son claros ejemplos de ello. Se informa que la Fundación Heydar Aliyev, junto con organizaciones judías, también participa en la construcción de escuelas judías en Azerbaiyán. El autor lamenta el temor a la destrucción de los monumentos cristianos en los territorios bajo control de Azerbaiyán.

Schneor Segal dijo que le entristeció leer que las casas musulmanas y los cementerios en Karabaj habían sido completamente destruidos bajo la ocupación armenia, y recordó un incidente horrible que enfureció al mundo musulmán al insultar una mezquita.

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