Como resultado de las operaciones llevadas a cabo por el Ejército de Azerbaiyán, las fuerzas armadas armenias recibieron graves golpes en las direcciones del frente de Fuzuli, Jabrayil y Gubadli, se destruyeron varios bastiones enemigos, se liberaron áreas y alturas importantes.
Se infligieron daños irreparables a los principales recursos e infraestructura militar del enemigo a lo largo de todo el frente. Hay escasez de equipo militar, armas y municiones, alimentos en las unidades enemigas. El mando de las tropas enemigas prácticamente se perdió. Debido a la falta de unidades militares regulares para proteger las posiciones de batalla, se trajo a la fuerza a civiles para reemplazarlos.
Resultó que el personal traído a Nagorno-Karabaj desde las regiones de Tavush y Sisian de Armenia se negó a entrar en combate y huyó de sus posiciones.
Actualmente, la lucha continúa en todo el frente.
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