Moody's rebajó las calificaciones del gigante energético turco Turkish Petroleum Refineries (TUPRAS) y también acordó una calificación negativa de B2, considerada especulativa y de alto riesgo crediticio, para otras siete empresas no financieras domiciliadas en Turquía.
La consultora estadounidense señaló que la decisión se debe al debilitamiento del perfil crediticio del Gobierno turco, como se refleja en la reciente decisión de Moody de rebajar las calificaciones de los bonos del Gobierno de Turquía a B2, desde B1, manteniendo una perspectiva negativa.
“Las perspectivas negativas continúan reflejando la perspectiva de la calificación soberana”, dijo Moody's Investors Service.
Sin embargo, Moody's explicó que las calificaciones de TUPRAS podrían experimentar una presión de calificación a la baja si la utilización de la planta y los márgenes netos de refinación permanecen bajos, lo que provocaría un flujo de caja operativo deprimido en 2021.
Turquía se ha mostrado decidida a “proteger los derechos de Turquía y los turcochipriotas en el Mediterráneo oriental”. Así lo ha dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores turco, Hami Aksoy en junio de 2020.
En un comunicado, Aksoy dijo que la reciente solicitud de la Corporación Turca de Petróleo de un permiso para actividades adicionales de exploración y perforación petrolera en el Mediterráneo Oriental está dentro de los límites de la plataforma continental de la ONU para Turquía.
Al subrayar que Turquía "continuará ejerciendo resueltamente sus derechos soberanos en esta área", el portavoz dijo que las "actividades de investigación y perforación sísmica del país se llevan a cabo de acuerdo con el programa previamente determinado".
Los comentarios de Aksoy se produjeron poco después de que el ministro de Relaciones Exteriores griego, Nikos Dendias, afirmara que Turquía está desplegando mecanismos "ilegales" en el Mediterráneo oriental.
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