Boris Johnson supera el primer trámite con el fin de romper el acuerdo con la UE

  15 Septiembre 2020    Leído: 360
Boris Johnson supera el primer trámite con el fin de romper el acuerdo con la UE

Nueva victoria del premier en la Cámara de los Comunes a pesar de las presiones de cinco exjefes de gobierno.

Una vez más, el liderazgo del primer ministro británico Boris Johnson fue puesto a prueba. Y una vez vez más, se marcó una victoria, pese a toda la oposición previa en su contra. El polémico proyecto de ley del mercado interno propuesto por el premier superó anoche su primer trámite parlamentario en la Cámara de los Comunes, con un triunfo de 340 votos contra 263 en una crucial votación.

El Parlamento británico comenzó a debatir ayer el proyecto, que ha generado ampollas en la oposición y en Europa, pero también dentro del Partido Conservador. Aunque Johnson cuenta con la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes, al menos 30 diputados están en contra de la aprobación de la ley, que incumple con el Acuerdo de retirada de la Unión Europea al que llegaron Londres y Bruselas el año pasado y que fue firmado en enero. De ser finalmente aprobada, esta ley permitiría romper el Acuerdo de Retirada para evitar controles aduaneros entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido si finalmente Reino Unido abandona la Unión Europea sin un acuerdo comercial el 31 de diciembre, cuando acabe el período de transición del Brexit.

Violación de la legalidad
El Gobierno admitió la semana pasada ante la Cámara que la ley supondrá una violación del derecho internacional, lo que levantó fuertes críticas tanto dentro como fuera del país. El secretario para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, matizó que la violación se producirá «de una manera muy específica», pero el procurador general, el fiscal general y el procurador general para Escocia coinciden en que las disposiciones contempladas en el proyecto de ley «constituirían una clara violación del acuerdo de salida y de la obligación de derecho internacional de Reino Unido de actuar de buena fe en lo que respecta a obligaciones derivadas de tratados».

En su declaración ante los parlamentarios para abrir el debate, Johnson no solo exigió su apoyo, sino que estalló en una perorata en la que dijo que la ley es necesaria para «garantizar la integridad económica y política del Reino Unido» y afirmó: «No podemos estar en una situación en la que los límites de nuestro país puedan ser dictados por una potencia extranjera u organización internacional. Ningún primer ministro británico, ningún gobierno, ningún parlamento, podría aceptar tal imposición». Luego suavizó el tono para hacer una petición: «Aprovechemos la oportunidad que nos brinda este proyecto de ley y enviemos un mensaje de unidad y determinación. Digamos juntos a nuestros amigos europeos que queremos una gran relación futura y un fantástico acuerdo de libre comercio». Y pese a que Bruselas asegura que la nueva ley pondría en riesgo el tratado comercial, el premier consideró que «al aprobar este proyecto de ley esta noche y en los próximos días, haremos más real la posibilidad de alcanzar ese gran tratado de libre comercio».

Reputación en entredicho
El exlíder laborista Ed Miliban, que tuvo que sustituir a Keir Starmer en el debate ya que este se encuentra en cuarentena por Covid-19, le espetó a Johnson que la reputación de Reino Unido de crear reglas en lugar de romperlas es una de las razones por «las que somos tan respetados en todo el mundo» y lo acusó de destrozar la reputación del país. «Nunca en mi vida pensé que respetar el derecho internacional sería una cuestión de desacuerdo (en el Parlamento)», y añadió, en referencia a Johnson: «Nunca me hubiera imaginado que viniera y dijera “vamos a legislar para violar el derecho internacional en un acuerdo que firmamos hace menos de un año”».

En un último intento de que Johnson no rompa el pacto alcanzado con la UE, cinco ex primeros ministros se manifestaron en contra del proyecto. Primero fue Theresa May quien acusó al Ejecutivo de socavar la confianza en Reino Unido. «¿Cómo puede el Gobierno asegurar a los futuros socios internacionales que se puede confiar en que el Reino Unido cumplirá con las obligaciones legales de los acuerdos que firma?», se preguntó. El expremier Gordon Brown argumentó que su mayor temor, por encima de un escenario de Brexit sin acuerdo, es que el Reino Unido termine manteniendo una «batalla con la UE en los próximos años».

Blair y Major: «Vergonzoso»
Tony Blair y John Major, del Partido Laborista y Conservador respectivamente, pidieron en una tribuna conjunta en «The Sunday Times» que rechacen el «vergonzoso» proyecto y calificaron la actitud del premier como «irresponsable», «equivocada» y «peligrosa». Los que fueran rivales coincidieron en que el texto legislativo «plantea cuestiones que van más allá del impacto en Irlanda, el proceso de paz y las negociaciones para un acuerdo comercial», ya que ponen en riesgo «la integridad» de la nación.

El último expremier en sumarse a las críticas fue David Cameron, que expresó sus reticencias sobre el plan de Johnson, y aseguró que «aprobar la ley y romper con las obligaciones internacionales es lo último que debería contemplarse, el último recurso». Fue precisamente Cameron quien abrió la caja de los truenos cuando en el 2013 prometió que si su partido ganaba las elecciones de mayo de 2015, en las que obtuvo mayoría absoluta, organizaría un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea antes de finalizar el 2017. Además de los ex primeros ministros, muchos pesos pesados de los tories lanzaron severas críticas.

Este primer trámite ha salido adelante mientras están en marcha las negociaciones con la UE sobre un tratado comercial posterior al Brexit, que se encuentran en punto muerto. La UE le dio un ultimátum a Johnson para que retire el proyecto antes de fin de mes si no quiere que haya consecuencias legales, pero el gobierno se ha defendido diciendo que la ley es una salvaguarda en caso que el acuerdo comercial no llegue a buen puerto y que servirá para proteger los acuerdo de paz de Irlanda del Norte. Bruselas, no obstante, considera que los pone en peligro.

abc


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