El embajador de Estados Unidos en China, Terry Branstad, dejará su puesto en plena escalada de tensiones entre las dos grandes potencias mundiales. Ha sido el secretario de Estado Mike Pompeo el que ha hecho pública la renuncia, pero sin precisar los motivos exactos.

Pompeo ha agradecido a Branstad en un tuit su labor estos últimos tres años como embajador en Pekín. Además, explicó que el presidente Donald Trump lo eligió para el puesto por sus “décadas de experiencia en el trato con China”. “Era la mejor persona para representar a la Administración y defender los intereses e ideales estadounidenses en esta importante relación”, añade.

Pompeo agradece la labor de Terry Branstad durante 3 años

El secretario de Estado ha remarcado que Terry Branstad ha contribuido a “ reequilibrar las relaciones para que estén orientadas a resultados y sean recíprocas y justas”. Una labor que, sostiene Pompeo, tendrá “efectos positivos y duraderos en la política exterior de EE.UU. en Asia-Pacífico durante las próximas décadas”.

Branstad, de 73 años, dejaría Pekín antes de las elecciones estadounidenses de noviembre. Este fin de semana Trump ya sugirió en un mensaje que el embajador pondría fin a su estancia. Lo hizo aludiendo a su hijo, Eric Branstad, que colabora en su campaña a la reelección. “El padre de Eric vuelve de China porque quiere hacer campaña”, declaró, según la agencia Bloomberg.

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