Los socialcristianos bávaros quieren un candidato a la Cancillería de Berlín

  08 Julio 2020    Leído: 851
Los socialcristianos bávaros quieren un candidato a la Cancillería de Berlín

El fallido proceso de sucesión de Angela Merkel al frente de la CDU ha dejado un hueco político muy goloso que el actual presidente de Baviera, Markus Söder, parece dispuesto a ocupar.

Hay una regla no escrita de la política alemana que hace imposible que un bávaro ocupe la Cancillería de Berlín, norma inconfesable y segurmente basada en la antipatía que los católicos sureños despiertan sin remedio entre sus compatriotas del resto del país, de cultura luterana. El último que lo intentó fue Edmund Stoiber, de intachable carrera política conservadora bávara y que creyó poder aprovechar la caída de Helmut Kohl al frente de la CDU, por el histórico asunto de las donaciones ilegales, para hacerse un hueco como candidato conjunto del partido de Kohl y de la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera en 2002. El socialdemócrata Gerhard Schröder, muy cuestionado entonces incluso desde dentro de su propio partido, a causa de la Agenda 2010, con la que había desmantelado las bases del sistema de bienestar de Alemania, no tuvo más que calzarse unas botas de goma y hacerse una foto achicando agua en los terrenos anegados por las intensas lluvias para tumbar las expectativas con las que contaba Stoiber. Y la maldición se ha mantenido hasta hoy. Pero el fallido proceso de sucesión de Angela Merkel al frente de la CDU ha dejado un hueco político muy goloso que el actual presidente de Baviera, Markus Söder, parece dispuesto a ocupar.

Söder ha roto el tabú pronunciando una frase de efectos agitadores entre los conservadores alemanes: «solo quien es capaz de gestionar crisis puede ser candidato». Se refería naturalmente a su propia gestión de la crisis sanitaria. A pesar de que Baviera ha sido el más afectado de los Bundesländer, el Gobierno regional se anota un éxito por la cifra de muertes especialmente baja si se la compara con la de la vecina Italia, con la que comparte frontera. De los 9.024 fallecidos en todo el territorio alemán, 2.606 murieron en Baviera. Es el mayor dato de Alemania, pero sus tasas de mortalidad y de contagio se han mantenido a raya aunque a pocos kilómetros se disparaban en territorio italiano y austriaco. Söder, que durante la pandemia compareció en cada rueda de prensa junto al ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, obtiene en las encuestas una alta valoración por su gestión. Y además ha demostrado tener autoridad, e las negociaciones internas de la gran coalición, en contraste con una directiva de la CDU que inmediatamente antes de la crisis sanitaria protagonizaba un serio ridículo, siendo desobedecida abiertamente por líderes regionales de los Bundesländer del este que establecieron alianzas de gobierno con la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD).

El silogismo de Söder no solo identifica al bávaro como legítimo candidato, sino que pretende desterrar de la lista a Friedrich Merz, figura preferida por el ala más a la derecha de CDU pero carente de experiencia de gobierno. «Markus Söder ha demostrado en Baviera cómo funciona el conservadurismo exitoso, el que no se define en la delimitación o acercamiento con AfD, sino por sí mismo», ha defendido el ministro de Interior y también miembro de la CSU Horst Seehofer, «esto también incluye entender la ecología como un tema interdepartamental, pero sin la cualidad de salvación que los Verdes le atribuyen». Y deja tocado a otro de los declarados candidatos, Armin Laschet, que si bien cuenta con experiencia de gobierno, como presidente desde 2017 de Renania del Norte- Westfalia, no ha sobresalido tanto en la gestión de la pandemia, con 1.689 fallecidos en su territorio, que no tiene frontera con ningún foco de infección. Aunque en este caso, la candidatura conjunta formada a principios de año entre Armin Laschet y Jens Spahn, ministro de Sanidad y cuya solvencia ha quedado sobradamente demostrada en la crisis, podría cambiar de cabeza y aprovechar el tirón del joven Spahn.

La incierta sucesión de Merkel
En todo caso, la incapacidad de la canciller Merkel para ordenar su propia sucesión sumirá a los conservadores alemanes en largos meses de tira y aflojas y posiblemente exija la renovación de la estructura que ha sostenido a la CDU durante las últimas cuatro legislaturas. La elección como presidenta de la CDU de Annegret Kramp-Karrenbauer, que dimitió poco después, ha supuesto uno de los más visibles errores de Merkel, una mancha en un balance general muy exitoso y que amenaza con perjudicar las posibilidades electorales del partido. El congreso previsto para abril, en el que había de desfacerse el entuerto y que hubo de ser cancelado a causa de la pandemia, está ahora programado para diciembre. Y esta vez los socialcristianos de la CSU, tradicionalmente invitados a estos eventos por cortesía del partido hermano CDU, no acudirán como simples invitados, sino seguramente con la pretensión de ser más reconocidos que hasta ahora. Desde Múnich se habla ya abiertamente de Söder como una figura más apreciada en toda Alemania que los candidatos a canciller de la CDU.

El debate de la cuestión denota que el nivel de éxito en la gestión de la crisis sanitaria se ha convertido en factor clave de la valoración política y, en este sentido, Söder cuenta con el liderazgo en las encuestas. Según un sondeo elaborado por Insta para Focus, el bávaro obtiene 156 de un total de 300 puntos en la valoración de su trabajo, un dato que ha ido creciendo en las peores semanas del coronavirus. Le siguen Angela Merkel con 138 y bastante por detrás Armin Laschet.

abc


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