Sánchez prevé retomar la mesa de diálogo con Torra en julio

  01 Junio 2020    Leído: 496
Sánchez prevé retomar la mesa de diálogo con Torra en julio

El pacto de ERC encona aún más la relación con JpC, que desdeña lo acordado.

Pedro Sánchez consideró ayer la posibilidad de retomar la mesa de diálogo con el Gobierno de Cataluña a partir del mes de julio, cuando todo el país haya superado el proceso de desescalada. Así lo pronosticó durante la rueda de prensa posterior a la duodécima conferencia de presidentes de comunidades y ciudades autónomas. Recuperar los encuentros bilaterales no está reflejado en el acuerdo que firmaron el sábado La Moncloa y ERC para sellar su abstención en la sexta y última prórroga del estado de alarma, pero los republicanos defienden que ese pacto sí llevaba implícito el compromiso del presidente del Gobierno para retomar la mesa en la «nueva normalidad».

«El Gobierno siempre ha mantenido, y ese es mi compromiso, que íbamos a retomar cuanto antes la agenda de la legislatura, y los compromisos de la investidura. Y si es en el mes de julio cuando se pueda celebrar esa mesa de diálogo, mejor, porque significará que volvemos la normalidad, superado la emergencia sanitaria y ya con libertad de movimiento», expresó Sánchez. La última vez que se reunieron fue el pasado 26 de febrero, en Madrid. Los equipos acordaron citarse mensualmente y que el próximo despacho fuese en Barcelona. Pero estalló la crisis sanitaria y el proceso se bloqueó.

Desde entonces, ERC insistía en que el estado de alarma no era incompatible con mantener las conversaciones bilaterales. De hecho, en la negociación para la quinta prórroga, el portavoz de Esquerra en el Congreso, Gabriel Rufián, reclamó al PSOE fechar la mesa a pesar de la alarma. Algo que La Moncloa descartó, alejándose de su socio soberanista y de la mayoría parlamentaria de la investidura. Entonces ERC votó en contra y Sánchez buscó sustento en Ciudadanos. No obstante, el Gobierno trabaja para recuperar la base de apoyos y sus aliados. Por ahora, el documento de seis puntos suscrito con ERC amarra la abstención del grupo.

Torra, contra otra prórroga
Pero el escenario en Madrid es diferente al de Barcelona. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, rechazó ayer la sexta prórroga del estado de alarma por «respeto» a la Generalitat y porque cree que «anula y centraliza» competencias autonómicas. Así lo expresó él mismo antes de participar en el encuentro mediante un mensaje en su cuenta de Twitter. Durante el encuentro entre líderes autonómicos, Sánchez explicó que, con el nuevo decreto, las regiones serán competentes en la fase 3 para gestionar su «desescalada» y que el Gobierno solo tendrá capacidad de controlar la movilidad. Una exigencia de ERC. Lo que no convenció al presidente de la Generalitat, que además criticó que «no ha existido en absoluto la cogobernanza» que promocionan.

El Gobierno intentó persuadirle este fin de semana. Sánchez reveló ayer que el sábado mantuvo una conversación telefónica con Torra para explicarle «el diseño del nuevo decreto de prórroga». Y resumió su respuesta: «Me dijo [Torra] que no lo veía necesario». En este sentido, el presidente del Gobierno explicó que discrepaba con el líder catalán porque «el estado de alarma es bueno para Cataluña y bueno para España».

Obstáculos
Si la gestión de la desescalada ha sido un camino de obstáculos para el Gobierno por lo magro de sus apoyos, no menos accidentes ha provocado en la relación entre ERC y sus rivales, pero a la vez socios de gobierno, de Junts per Catalunya. El sábado mismo, a los pocos minutos de conocerse el pacto, tanto el presidente de la Generalitat como la jefa de filas de Junts en el Congreso, Laura Borràs, salieron prestos a desdeñar lo acordado.

La consigna desde Presidencia y desde Junts es clara, lo pactado es un acuerdo entre partidos y, por tanto, no concierne a la Generalitat. De hecho, es la misma posición que Torra y el partido que le sustenta expresaron cuando Esquerra arrancó el compromiso de celebrar una mesa de diálogo entre gobiernos a cambio de su apoyo a la investidura de Sánchez. Previsiblemente ahora, como sucedió entonces, Torra y Junts pasarán del desdén a aceptar sentarse en la citada mesa para intentar capitalizarla.

Sánchez llamó a Torra el sábado para intentar convencerle sin éxito de apoyar la sexta prórroga
Por ahora, sin embargo, lo que toca es seguir con el guion político que escriben unos y otros. Si el relato es de JpC, el acuerdo entre ERC y Pedro Sánchez es un nuevo capítulo en la serie de engaños y promesas incumplidas del presidente del Gobierno con respecto al independentismo. Si el relato lo escribe ERC, el pacto demuestra que los republicanos encarnan un secesionismo posibilista que, sin renunciar a romper con España, gestiona y obtiene réditos para Cataluña.

Ciertamente, el acuerdo hecho público el sábado cogió con el pie cambiado a Torra, que tras unas últimas semanas en las que la relación con el Gobierno se engrasó –coincidiendo precisamente con el distanciamiento de ERC– ayer tuvo que recuperar su papel más reivindicativo, recuperando incluso el mantra de los 16.000 millones de euros del supuesto déficit fiscal que padece Cataluña, así como «deudas históricas» de 9.000 millones del Estado con Cataluña, según Torra.

Además de pedir para ya mismo el fin del estado de alarma, Torra focalizó sus demandas en la economía, reclamando situar el déficit permitido a las autonomías en el 1% y no en el 0,2%, techo que calificó de «ridículo», porque con esa actualización la Generalitat podría obtener hasta 2.000 millones, frente a los 440 millones a los que puede llegar si se ciñe a los topes fijados por el Ministerio de Hacienda, apuntó.

El argumentario de Torra insistía en las líneas que ya había fijado el día anterior Laura Borràs, que menospreció las contrapartidas obtenidas por ERC por ser «claramente insuficientes para Cataluña».

«Vinimos a eso»
Ante los ataques de Torra y el entorno de JpC fue directamente el vicepresidente de la Generalitat y negociador directo de lo pactado, Pere Aragonès, quien defendió lo acordado, recordando que en la mesa de negociación que se reunirá en julio plantearán de nuevo sus objetivos de derecho de autodeterminación y amnistía para presos y «exiliados». En Rac1 expresó cuál es el papel que quiere para ERC: «Nosotros hemos ido al Congreso a buscar soluciones y a trabajar por la independencia de Cataluña y la amnistía de presos y exiliados». Ya respondiendo directamente a Junts, Aragonès remachó: «Nunca aceptaré que digan a ERC qué tiene que votar».

El diputado Gabriel Rufián lo resumió de manera más clara: «Esquerra ha puesto su fuerza parlamentaria al servicio de la gente en la prórroga: fondos de reconstrucción europeos. Ganar tiene un coste. Y liderar aún más. Pero vinimos a eso». Con el adelanto electoral en Cataluña en modo pausa –antes de la alarma se contaba con elecciones antes del verano, ahora ya no se descarta acabar la legislatura–, la pugna entre Junts y ERC se encona.

abc


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