China condena a 10 años al editor de Hong Kong que publicaba libros sobre la cúpula comunista

  26 Febrero 2020    Leído: 841
China condena a 10 años al editor de Hong Kong que publicaba libros sobre la cúpula comunista

Estocolmo reclama la liberación de Gui Minhai, de nacionalidad sueca, declarado culpable de "entregar datos de inteligencia a una potencia extranjera".

El editor y librero de Hong Kong Gui Minhai, de 55 años y nacionalidad sueca, ha sido condenado a diez años de cárcel y privación de sus derechos políticos por un tribunal en la ciudad de Ningbo, en la costa china, tras ser declarado culpable de pasar “datos de inteligencia a una potencia extranjera”. Gui, uno de los cinco libreros hongkoneses desaparecidos misteriosamente en 2015 (cuando estaba especializado en publicar volúmenes sobre las supuestas intimidades de líderes chinos) y reaparecidos en manos chinas, había sido detenido en enero de 2018 a bordo de un tren con destino a Pekín, en el que viajaba acompañado de dos diplomáticos suecos. En los últimos años, el caso ha provocado tensiones diplomáticas entre Pekín y Estocolmo, que ha reclamado este martes su liberación. 

Un comunicado del Tribunal Intermedio de Ningbo emitido el lunes precisa que el librero no apelará la sentencia, en uno de los casos más enrevesados y polémicos en el sistema legal chino de los últimos años. El tribunal también asegura que Gui renunció a su nacionalidad sueca en 2018, lo que puede complicar los intentos de Estocolmo por proporcionarle asistencia. "Exigimos que Gui Minhai sea puesto en libertad", ha declarado a la emisora pública Radio de Suecia la ministra de Exteriores de ese país, la socialdemócrata Ann Linde, informa Efe.  "No hemos podido dar ayuda consular a un ciudadano sueco. Exigimos poder hacerlo ahora", añadió. Un portavoz del departamento ha señalado a Reuters que han convocado al embajador de China para transmitirle estas demandas.  

Todo lo que rodea este caso, y no solo la espectacular detención de Gui en el tren en 2018, parece sacado de una película de espías. En octubre de 2015 este librero había sido apresado mientras se encontraba de vacaciones en Tailandia y llevado en secreto a China. Otros cuatro de sus colaboradores en la editorial de Hong Kong Mighty Current también fueron detenidos. Gui reapareció meses más tarde en un centro de detención. En enero de 2016 admitió entre lágrimas, en una confesión televisada, haber atropellado a una persona cuando conducía borracho en su ciudad natal, Ningbo.

En 2017, Pekín anunció que Gui quedaba en libertad. Pero su hija Angela, residente en el Reino Unido, aseguraba que su padre había sido obligado a residir en un apartamento bajo vigilancia policial en Ningbo. Cuando volvió a ser arrestado en 2018, acudía a Pekín, según su hija, para someterse a un examen médico tras haber empezado a mostrar síntomas de una enfermedad degenerativa.

El año pasado, Angela Gui denunciaba una extraña maniobra de la entonces embajadora de Suecia en Pekín, Anna Lindstedt, que había organizado una reunión clandestina entre la joven y empresarios chinos en Estocolmo en enero de 2019, supuestamente para mediar en favor de la liberación del librero y editor. A raíz del escándalo que generó la denuncia, Lindstedt quedó formalmente acusada por la Fiscalía sueca en diciembre pasado de haberse extralimitado en sus funciones en la relación con una potencia extranjera.

La dura sentencia contra Gui ha sido condenada por las organizaciones defensoras de los derechos humanos. El librero “parece haber sido juzgado y declarado culpable en secreto, negándole cualquier posibilidad de un juicio justo. Pese a las declaraciones de las autoridades de que Gui de algún modo entregó datos de inteligencia mientras se encontraba bajo su custodia, la razón para ponerle en el punto de mira casi con toda seguridad se relaciona con su intento de ir a Pekín, acompañado de dos diplomáticos, en 2018”, ha señalado el investigador de Amnistía Internacional Patrick Poon.

“El deplorable veredicto y la sorprendentemente dura sentencia impuestos contra Gui Minhai por cargos sin ninguna base demuestran de nuevo que las autoridades chinas no van a permitir que la epidemia de coronavirus les distraiga de la represión contra los disidentes”, ha agregado Poon.


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