Nueva crisis de la Academia Sueca en vísperas de la entrega del doble Nobel de Literatura

  06 Diciembre 2019    Leído: 795
Nueva crisis de la Academia Sueca en vísperas de la entrega del doble Nobel de Literatura

La institución afronta la entrega de los galardones con dos dimisiones recientes y una oleada de críticas contra la elección de Peter Handke.

Mal ha empezado la semana de festejos que concluye el próximo jueves en Estocolmo con la entrega de los dos premios Nobel de Literatura correspondientes a los años 2018 y 2019. El pasado lunes, dos miembros externos del comité Nobel, los escritores Kristoffer Leandoer y Gun-Britt Sundström, renunciaron por diferentes motivos a concluir su trabajo, en lo que ya se conoce como la postcrisis de la Academia Sueca, que parece no encontrar la paz.

Tras el escándalo de los abusos sexuales perpetrados por Jean Claude Arnault y que llevó a la suspensión de la concesión del premio Nobel de Literatura en 2018, la Academia Sueca nombró un nuevo comité Nobel para los años 2019 y 2020. Durante un año, el comité ha estado formado por cuatro miembros ordinarios de la Academia y cinco expertos externos. A escasos días de que comience la semana en la que se celebran lecturas, encuentros, visitas a colegios, la solemne ceremonia de entrega y la cena de gala, dos miembros externos, los de más peso del comité, Kristoffer Leandoer y Gun-Britt Sundström, han presentado su dimisión.

«La fórmula elegida de unir a miembros externos con miembros ordinarios de la Academia Sueca en el comité Nobel tiene enormes carencias tanto en las posibilidades prácticas para influir [en las decisiones], como en términos de transparencia», comenta Kristoffer Leandoer a preguntas de los periodistas. «Ellos pueden pensar en ciclos de diez años mientras que nosotros solo tenemos dos. Ellos seguirán en su puesto cuando nosotros nos vayamos a casa», concluye.

Mientras tanto, el presidente del comité Nobel, Ander Olsson, afirma que «nuestro trabajo para cambiar [las cosas] prosigue. Todos estamos impacientes por el resultado de nuestro trabajo; yo diría que no hay diferencias en el enfoque. Seguiremos adelante, estoy seguro de que el año que viene va a ser bueno».

No todos son tan optimistas. «El experimento ha sido un fracaso», titula su columna el redactor jefe de cultura del diario «Dagens Nyheter», Björn Wiman. «Es un fracaso para los dos que han tenido el buen gusto de dimitir. Es un fracaso para los que se quedan y lo es también para la merecida ganadora del premio de 2018, Olga Tokarczuk, cuya autoría se ha visto completamente nublada por la arrogante decisión de otorgar el premio Nobel de Literatura 2019 a Peter Handke», zanja el periodista.

Literatura y política
La escritora Gun-Britt Sundström justificó su dimisión del comité por la concesión del premio al díscolo autor austriaco, tan criticado por su apoyo a Milosevic. «La literatura no puede estar por encima de la política», afirmó. «Es una decisión que, independientemente de su validez, ha dañado aún más la reputación de la Academia», afirma en su columna la redactora jefa de cultura del diario «Svenska Dagbladet», Madelaine Levy.

No se trata de justificar la presencia y, sobre todo, el discurso pronunciado por Peter Handke durante el entierro de Slodoban Milosevic en 2006, y revivir el agrio debate que se produjo entonces en Europa alrededor de su figura. Se trata de la destreza literaria de Handke para reinterpretar hechos probados y analizados de la guerra de los Balcanes y que ha puesto a disposición de los ultranacionalistas serbios más extremistas. O, al menos, así lo han entendido algunos miembros de la Academia, como el especialista externo Henrik Petersen, que ha salido a la palestra para defender a Handke de las acusaciones de relativismo y de revisionismo que, entre otras opiniones polémicas, le llevaron a negar el genocidio bosnio.

Así las cosas, el programa de actos de la semana del Nobel se está viendo afectado por todos estos acontecimientos. La escuela de Rinkeby, suburbio multicultural por excelencia a las afueras de Estocolmo, donde suele celebrarse un encuentro con los premiados, no quiso invitar a Peter Handke, en precaución de posibles altercados y protestas. En cambio, sí que invitó a la premiada Olga Tocarczuk, que sorpresivamente declinó la invitación. Por primera vez, ni siquiera la prensa acreditada podrá asistir a la lectura del discurso de los premiados, que se celebra tradicionalmente en los salones de la Academia Sueca y que en esta ocasión será retransmitido en directo vía plasma.

Además, varias decenas de víctimas del genocidio en la localidad bosnia de Srebrenica, perpetrado en 1995 por las milicias serbobosnias, ya han anunciado que organizarán una protesta en Estocolmo el mismo día de la entrega del Nobel a Handke. «Este Nobel nos ha afectado de tal modo que hemos revivido nuevamente el genocidio de 1995. Es injusto», comentaba a Efe Munira Subasic, presidenta de la asociación Madres de Srebrenica.

Todavía quedan días de celebración suficientes hasta la cena de gala en el Salón Azul del Ayuntamiento de Estocolmo para dejarnos suficientes detalles de esta postcrisis de la Academia Sueca, que parece no tener la intención de acabar.

abc


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