"La Policía ha incautado un total de 3.989 botellas incendiarias, 1.339 artículos explosivos, 601 botellas de líquidos corrosivos y 573 armas", publicó el organismo en la red social Twitter.

El comunicado añade que los investigadores de la Policía ya se retiraron del campus y el cordón que rodeaba la universidad fue levantado. El campus fue entregado a la administración del centro educativo.

El comisario adjunto Chow Yat-ming, citado por el canal RTHK, precisó que se hallaron el 29 de noviembre por la mañana 280 bombas incendiarias, 318 cilindros de gas, 20 botellas con sustancias químicas y algunas armas. El 28 de noviembre, se retiraron del campus alrededor de 4.000 bombas incendiarias.

Un equipo policial ayudado por bomberos entró en el campus el 28 de noviembre por la mañana, poniendo fin a 11 días de sitio .

Buena parte de los manifestantes que habían permanecido en el recinto —unas 800 personas, incluidos unos 300 menores de 18 años, según la Policía— salieron el 19 de noviembre. Se estima que unos 20 manifestantes aún se esconden en el campus, pero los agentes no encontraron a nadie en estos dos días.

"No encontramos a nadie dentro, así que no hubo arrestos", afirmó Chow.
El comisario reafirmó que en este operativo "no se trata de arrestos, sino de objetos peligrosos en la escena del crimen".

Desde junio pasado, Hong Kong vive una oleada de protestas cuyo detonante fue un proyecto de ley que permitiría la extradición de prófugos de la justicia a Taiwán, Macao y China continental.

El Gobierno hongkonés accedió a retirar a principios de septiembre el controvertido proyecto, que habría facilitado la entrega de disidentes políticos a Pekín, pero rechazó otras demandas de la calle, entre ellas amnistiar a activistas detenidos, iniciar una investigación independiente de los supuestos excesos policiales y relanzar el proceso de reformas políticas.

Sputnik

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