AZERTAC presenta el texto completo del artículo de Alain Roumestand:

Mientras que en Francia el antisemitismo, la cristianofobia, la islamofobia y la islamofobia están en el centro de los debates recientes, los días 14 y 15 de noviembre se celebró en la capital de Azerbaiyán, Bakú, la segunda Cumbre Internacional de Líderes Religiosos, en presencia de más de 500 representantes y delegados de 70 Estados, 25 religiones, entre las que se incluyen el cristianismo, el judaísmo, el islamismo y el budismo...., personalidades religiosas influyentes, personalidades políticas y científicas, y delegados de organizaciones internacionales, entre ellas, las Naciones Unidas.

Para juzgar el eclecticismo de los participantes, se pudo constatar, entre otras personalidades, la presencia del Patriarca Ortodoxo de Moscú, Kirill, el secretario general del Centro Internacional para el Diálogo Interreligioso e Intercultural de Arabia Saudita, el Gran Rabino de Jerusalén, la Conferencia de Presidentes de las principales organizaciones judías americanas, el Jeque Pashazade, director general de los Musulmanes del Cáucaso, el presidente de Georgia, el Centro Simón Wiesenthal, el Congreso de Líderes Cristianos de los Estados Unidos, el Alto Consejo Islámico de Argelia, Secretario General de la Liga Islámica Mundial.

Azerbaiyán, un Estado laico, pretende dar ejemplo en la promoción del multiculturalismo, la tolerancia y la solidaridad interreligiosa, incluido el apoyo financiero para el desarrollo de las comunidades religiosas azerbaiyanas. Por lo tanto, no es de extrañar que la organización de esta cumbre se realice en Bakú, con el apoyo del presidente del comité estatal para el trabajo con las organizaciones religiosas, Mubariz Gurbanli.

Durante los dos días, las acciones de los líderes religiosos contra el terrorismo, la xenofobia, la islamofobia, el antisemitismo, la cristianofobia, la violencia religiosa de todo tipo, estuvieron en la agenda. A través de la actividad conjunta de líderes religiosos, figuras políticas y la sociedad civil, se mencionó la responsabilidad de los jóvenes, la protección de los derechos del niño y la protección de los derechos de la mujer (cabe recordar que,en Azerbaiyán, un país de mayoría musulmana, las mujeres han tenido derecho a votar desde 1918 y no llevan velo).

Se señaló que "el diálogo entre civilizaciones es la expresión de una necesidad humana nacida de las aceleradas convulsiones que sacuden la escena internacional": "La humanidad atraviesa ahora una fase crítica de su historia en la que el diálogo debe establecerse como una opción estratégica para hacer frente a los grandes desafíos a los que se enfrenta la comunidad internacional. Puesto que la coexistencia entre los pueblos y las naciones es un desafío y no el menos importante, el diálogo es la forma más segura de alcanzar este ideal, al disipar las causas de las tensiones y los antagonismos que provocan las crisis internacionales.

"El exigencia de la cooperación entre todos los países en la lucha contra las ideologías extremistas ajenas a las religiones que promueven la tolerancia ha sido reiterado en numerosas ocasiones.

Ya en 2010, en la primera Cumbre Internacional de Líderes Religiosos, el presidente del Comité Directivo de la Conferencia de Rabinos Europeos, Pinchas Goldsmith, destacó "la calidad del diálogo entre los seguidores del Islam, el Cristianismo, el Judaísmo, el Budismo y otros". Había propuesto "tolerancia, lo que significa respeto por otras opiniones".

En la ceremonia de apertura de esta segunda cumbre, el Patriarca Kirill dijo que "las últimas décadas han estado marcadas por varios conflictos y una expansión sin precedentes del terrorismo": "El terrorismo derrama la sangre de personas inocentes y de ciudadanos comunes". "Sri Lanka, Nueva Zelanda, Siria, Irak, Afganistán, Alemania, Francia, esta es una pequeña lista de países en los que los actos terroristas han sacudido al mundo en los últimos años. Debemos admitir que hay una verdadera guerra contra las religiones tradicionales. "Los ideólogos de los movimientos extremistas aprovechan la falta de experiencia de los jóvenes". "Como líderes religiosos, no sólo debemos rechazar y condenar el extremismo, sino también difundir valores innegables como la familia, el matrimonio, el respeto por los ancianos, el respeto por las opciones religiosas, el apoyo a los oprimidos y a los pobres en la sociedad.

La Declaración de Bakú, adoptada por los participantes, concluyó la cumbre haciendo hincapié en "el desarrollo de la cooperación internacional, la formación de relaciones entre el Estado y la religión, el fortalecimiento de las relaciones intercivilizacionales e interreligiosas, la preservación de los diversos valores nacionales y culturales y las tradiciones del multiculturalismo en Azerbaiyán". "El derecho humano fundamental a practicar la propia religión sin interferencia del gobierno es imprescriptible".

El Presidente Ilham Aliyev pudo recordar que Bakú se había convertido en un verdadero centro de diálogo interreligioso; Azerbaiyán, un puente natural entre Europa y Asia, contribuyendo al desarrollo de los vínculos entre el mundo cristiano y el musulmán.

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