“El efecto directo de la XVIII Cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno del Movimiento de Países No Alineados, mantenida los 25 y 26 de octubre en Bakú, y las 159 delegaciones, que tomaron parte en ese evento de alto nivel, corroboraron por unanimidad su posición acerca de la solución del conflicto armenio-azerbaiyano de Nagorno Karabaj en términos de las normas y los principios de derecho internacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Así, en dicho documento, que confirma ya la existente posición del Movimiento de No Alineado respecto al arreglo, que afirma que hace falta conseguir “el arreglo del conflicto al margen de la integridad territorial, soberanía y las fronteras de la República de Azerbaiyán reconocidas internacionalmente”, se hizo el siguiente paso, concordado por unanimidad, hacia el reglamento sobre “ la claúsula de la ocupación de los territorios con la fuerza, y que ningún estado lo reconoce legítimo, si surge en consecuencia de la ocupación de los territorios de la República de Azerbaiyán, y no asistirá y tampoco secundará esta situación, incluso por intermedio de la actividad económica en estos territorios”. En adición a la posición sobre la inmediata, plena e incondicional retirada de las tropas de los territorios ocupados de Azerbaiyán, marcada en las cuatro conocidas resoluciones  del Consejo de Seguridad de la ONU del 1993, asimismo, las decisiones y resoluciones de otras organizaciones internacionales, adoptadas al respecto, en este caso la esencia de la política invasora de Armenia fue reconocida por los miembros del Movimiento No Alineado, que forma parte de dos tercios de la comunidad mundial.

Armenia, violando las normas y los principios de derecho internacional, los principios fundamentales de Bandung del Movimiento de No Alineado y la integridad territorial del país y usando de manera ilícita la fuerza contra Azerbaiyán, reteniendo una quinta parte del territorio de Azerbaiyán bajo la ocupación militar y ejerciendo las sangrientas limpiezas étnicas contra los locales azerbaiyanos, que residían en esos territorios, incluido el genocidio de Joyalí, cuando fue matado de manera cruel la población de la ciudad de Joyalí, asimismo socavando el proceso de negociación con su política destructiva, no tiene derecho de tratar de la legitimidad internacional o su vocación del proceso pacífico. A día de hoy, existe una fuerza única , reconocida por la comunidad internacional, que insta a su aprobación; esta verdad se refiere a la ocupación de la región de Nagorno Karabaj y los siete distritos adyacentes de Azerbaiyán por Armenia y las exigencias de cesar dicha ocupación y arreglar el conflicto en el contexto de la integridad territorial de Azerbaiyán. El único país, que no quiere ver esta verdad, es el Estado agresor de Armenia.

La posición del MNOAL se basa en las normas y los principios de derecho internacional, el Estatuto de la ONU, el Acta Final de Helsinki de la OSCE y los fundamentales principios de Bandung. En todas las ocasiones, el uso ilegal de la fuerza, violación de las fronteras reconocidas internacionalmente e integridad territorial de los países se condenan categóricamente. Para actuar como “garante de la seguridad”, como lo puede afirmar Armenia, que amenaza con su política de agresión a la paz y seguridad en la región, es necesario, ante todo, que este país ponga fin a sus pretensiones territoriales y se dé cuenta de la situación actual en materia de seguridad. Solo el Gobierno y la Constitución de Azerbaiyán garantizan y seguirán siendo el garante de la seguridad de toda la población del país, incluida en la ocupada región de Nagorno Karabaj”.

Roksana Tarlan

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