Muere Vincent Lambert, el hombre que encarnó el debate sobre la muerte digna en Francia

  11 Julio 2019    Leído: 701
Muere Vincent Lambert, el hombre que encarnó el debate sobre la muerte digna en Francia

El enfermero llevaba una década tetrapléjico y en estado vegetativo. Ha fallecido nueve días después de que ser desconectado, tras una larga batalla judicial.

Vincent Lambert ya descansa en paz. El francés de 42 años, tetrapléjico y en estado vegetativo desde que sufriera un accidente de tráfico en 2008, ha fallecido hoy a las 8.24, nueve días después de que el hospital de Reims donde estaba ingresado lo desconectara de las máquinas que lo mantenían con vida, según ha confirmado a EL PAÍS un sobrino de Lambert. Lambert se había convertido en el símbolo en Francia del debate sobre el derecho a una muerte digna, debido a que su caso provocó una larga y dura batalla judicial que dividió a su familia y ha hecho reflexionar a toda la sociedad francesa sobre las leyes en torno al fin de la vida y la eutanasia. De un lado estaban sus padres, católicos tradicionalistas que se oponían ante lo que calificaban como una “eutanasia encubierta” y que trataron mediante todos los recursos legales posibles de impedir hasta casi el último momento su desconexión. Y del otro, su mujer, Rachel Lambert, y la mayor parte de su familia, que defendían que Vincent no habría querido seguir viviendo en las condiciones en que lo hizo durante más de una década. El problema es que Lambert no dejó por escrito sus deseos en un testamento vital, lo que marcó el complejo proceso que, con su muerte, ahora llega a su fin.

En Francia no es legal la eutanasia. Pero la posibilidad de dejar morir a una persona en estado irrecuperable está prevista por la Ley Leonetti —en nombre del diputado que la elaboró— de 2005. Esta normativa establece que los cuidados médicos “no deben prolongarse con una obstinación irrazonable” y que, en el momento en que parezcan “inútiles, desproporcionados o sin otro efecto que el mantenimiento artificial de la vida, pueden suspenderse o no emprenderse”. La ley fue actualizada en 2016 para incluir una “sedación profunda y continuada” para que el paciente no sufra hasta que se produzca su muerte.

El difícil caso Lambert ha reabierto el debate sobre la idoneidad de la norma ¿Es suficiente la Ley Leonetti? Para el Gobierno de Emmanuel Macron, parece que sí. Según la ministra de Justicia, Nicole Belloubet, la normativa es “muy equilibrada y muy sensible”.

Sin embargo, no todos, incluso en el seno del partido de Macron, La República en Marcha (LREM), están de acuerdo. El diputado oficialista y profesor de medicina Jean-Louis Touraine considera que la ley actual es demasiado vaga a la hora de establecer qué constituye una “obstinación irrazonable”. Advierte de que “solo una clarificación de la ley permitirá evitar situaciones de impasse” como la sufrida por Lambert.

A ello se une, agregan otros críticos, la falta de garantías de que se seguirán los deseos del paciente. La decisión última sobre si se detienen los cuidados o no del enfermo está en manos de los médicos que lo atienden, que deben consultar a los familiares inmediatos en caso de que, como sucedió con Lambert, no haya un testamento vital que explicite sus deseos. Pero no hay una jerarquía definida para decidir, en ese caso, quién dentro de la familia tiene la voz principal. Extremo que habría evitado el caso Lambert, que fue reconectado en dos ocasiones, en 2013 y el pasado 20 de mayo, después de que sus padres recurrieran ante la justicia la decisión de los médicos de detener sus cuidados a pesar de contar con el visto bueno de la esposa.

François Lambert, sobrino de Vincent y uno de los mayores defensores de una muerte digna para su tío, ha criticado también el excesivo tiempo que puede tardar un paciente en morir por esta ley, ya que deja en manos de los médicos que el protocolo de fin de vida se extienda solo unos días o hasta dos semanas, para evitar que se les acuse de eutanasia. “No estaría mal que la ley autorizara que (el proceso) fuera más rápido y que para ello hubiera un protocolo” que además fuera “unificado” en todo el país y se centrara en “proteger” al paciente, considera el sobrino, que decidió estudiar derecho a raíz del caso de su tío.

¿Y si se legalizara la eutanasia? Es lo que reclaman asociaciones como la Asociación por el Derecho a Morir Dignamente (ADMD). “Hay que salir de la hipocresía y permitirle a una persona partir en unos minutos y sin sufrimiento, no esperar días y días, lo que constituye un sufrimiento para el paciente y para sus familiares”, denunció su presidente, Jean-Luc Romero, en referencia a lo mucho que tardó en morir Lambert, hecho que calificó como “una eutanasia a fuego lento”.

Touraine es otro firme defensor de la eutanasia, en cuyo favor escribió a finales del año pasado una tribuna en Le Monde que suscribieron otros 155 legisladores.El diputado promueve desde hace dos años una ley de la eutanasia que, sin embargo, el Gobierno no ha incluido en la reforma de la ley de bioética que está preparando. Y ello a pesar de que, según las encuestas, Francia parece preparada para una ley que la legalice. Según una encuesta de marzo, el 96% de los franceses son favorables a alguna forma de eutanasia, frente a solo un 4% que se opone firmemente. En su gran mayoría (60%), los encuestados estimaron que la posibilidad de la eutanasia debería limitarse a casos de “sufrimientos graves e incurables”, aunque un no desdeñable 36% es favorable incluso a una eutanasia sin condiciones.

Elpais


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