El nuevo jefe del Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono), Mark T. Esper, ha pedido este jueves a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que se sume a los esfuerzos de Washington para presionar a Irán y garantizar la seguridad de los barcos en el Golfo Pérsico tras una serie de ataques.

En medio de las tensiones entre Washington y Teherán, los ministros de la Alianza Atlántica han debatido hoy el asunto en una reunión en Bruselas (capital belga) donde Esper ha planteado su petición después del viaje realizado a principios de esta semana del secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU) para impulsar la creación de una coalición presuntamente para proteger la navegación en los confines del Golfo Pérsico.

No obstante, el mismo jefe del Pentágono ha señalado que los miembros de la OTAN no han dado a Washington ningún compromiso de si participarán en “un esfuerzo global” contra “las amenazas de Irán”.

De acuerdo con la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP), los miembros de la Alianza Atlántica han expresado su rechazo a involucrarse en cualquier esfuerzo militar contra la República Islámica.

“El diálogo entre aliados continuará, pero el mensaje principal, el enfoque principal, de todos los aliados es reducir la escalada, es realmente evitar un conflicto, es encontrar maneras de reducir las tensiones”, ha precisado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, citado por AP.

La tensión en la región creció a mediados de junio tras el ataque a dos buques petroleros, uno de ellos de propiedad japonesa, en el mar de Omán, episodio que Washington atribuyó de inmediato a Irán. Teherán, por su parte, rechazó rotundamente las acusaciones y consideró los hechos como sospechosos ya que se produjo en medio de la visita histórica del primer ministro japonés, Shinzo Abe, al país persa.

El país persa ha menospreciado una y otra vez los complots de EE.UU. Anteriormente, el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, había asegurado que Washington no podrá derrotar ni  política ni militarmente a Irán, incluso, aunque cuente con la ayuda de decenas de sus aliados.

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