La secretaria de Defensa del Reino Unido, Penny Mordaunt, alegó el lunes que esta postura se debe a que el Reino Unido tiene muchos intereses en la región y que le beneficia a Londres y a sus aliados disminuir las tensiones y mantener la paz ahí, por lo que hará frente a acciones desestabilizadoras en dicha zona.

“[El Golfo Pérsico] es una región en la que tenemos muchos intereses y hemos invertido mucho (…) Continuaremos cooperando con nuestros aliados y socios para disminuir las amenazas contra la seguridad de aquella región”, dijo la militar británica de alto mando.

Del mismo modo, hizo eco de las acusaciones infundadas propagadas por Estados Unidos contra Irán sobre supuestas acciones desestabilizadoras iraníes en la región y aseguró que el Reino Unido hará todo en su poder para hacer frente a estas acciones.

Irónicamente el presidente norteamericano, Donald Trump, que abandonó unilateralmente en mayo del año pasado el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés) y reimpuso las sanciones ilegales contra Irán, es el que ha causado y está agravando la crisis en la región.

Citando información de inteligencia altamente cuestionadas y hasta no aceptadas por los socios europeos de EE.UU., Washington adelantó la visita de su portaviones USS Abraham Lincoln (CVN-72) rumbo al Golfo Pérsico con amenazas de actuar militarmente contra Irán.

Las Fuerzas Armadas iraníes han desestimado la retórica belicista estadounidense, calificándola de mera “guerra psicológica”, y aseguran que EE.UU. no se atreverá a entrar en una guerra sobre el terreno con el país persa.

No obstante, en Estados Unidos existe el temor de que las medidas belicistas acaben por causar un conflicto, en el cual el perdedor sería EE.UU., por lo que advierten contra los esfuerzos de ciertas autoridades estadounidenses para elevar las tensiones con Irán.

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