Eurovisión consigue una tregua entre Israel y Hamas

  08 Mayo 2019    Leído: 1165
Eurovisión consigue una tregua entre Israel y Hamas

Tras la escalada más grave desde 2014, Netanyahu fuerza un alto el fuego ante la inminente celebración del Eurofestival en Tel Aviv.

El Festival de Eurovisión mantiene hoy los mismos principios que inspiraron su creación en 1956: el hermanamiento entre naciones a través del lenguaje universal que es la música y la competición apolítica. Y, sin embargo, el concurso de canciones más famoso del mundo nunca ha estado ajeno a controversias geopolíticas y a los conflictos entre estados más importantes que se han sucedido en la Vieja Europa y sus aledaños en estas últimas seis décadas.

La 64 edición del certamen, que se celebra la próxima semana en Tel Aviv, llega precedida de un sinfín de disputas que han amenazado su misma celebración en Israel. Pero Eurovisión ha servido también para forzar el pasado lunes por la mañana el alto el fuego entre el Gobierno de Netanyahu y las milicias palestinas de Hamas y la Yihad Islámica que operan en Gaza, después de la dramática escalada del fin de semana, la más grave desde la guerra de 2014, que ha dejado 29 víctimas mortales: 25 palestinos y cuatro israelíes.

Tal como adelantó ayer el diario Haaretz, el Ejecutivo en funciones de Netanyahu ordenó a la cúpula militar que pusiera fin a su operación de castigo sobre la Franja ante la enorme preocupación de las autoridades por la repercusión y las consecuencias que podía acarrear la continuación de los combates cuando ya habían comenzado a llegar periodistas de todo el mundo y las delegaciones de los 41 países que este año participan en Eurovisión. El medio, citando a funcionarios de Defensa no identificados, sostiene que altos mandos del estamento castrense acogieron de muy mal grado la orden del Gobierno, y que deseaban mantener la ofensiva sobre Gaza para no dar tregua a Hamas y a la Yihad Islámica.

Pero el Gabinete de Netanyahu era consciente de la catástrofe que podía suponer la retirada de países, negándose a participar en un concurso musical en un escenario de guerra abierta, y el golpe tan brutal para la imagen del país cuando ha empezado ya a recibir a los más de 1.500 periodistasacreditados y cientos de blogueros que cubren el evento, por no hablar de las decenas de miles de eurofans que se espera que acudan a Tel Aviv. Tras meses de arduo trabajo para organizar el Festival y de una inversión millonaria -una parte considerable destinada a Seguridad, y grandes cantidades a Promoción turística-, las autoridades judías no pueden permitirse que se arruine la celebración del certamen o que la atención periodística gire de las bondades socioculturales del país al eterno conflicto con Palestina.

El líder de la oposición israelí, y ex jefe del Estado Mayor, Benjamín Gantz, ha sido una de las voces más críticas con la decisión de Netanyahu: "Es una capitulación ante las demandas de los terroristas". Califica así el alto el fuego acordado, que Hamas ha celebrado como una "victoria". Con la mediación de Naciones Unidas y de potencias regionales como Egipto y Qatar, se ha logrado el compromiso por parte del Gobierno hebreo de que se implementarán los acuerdos del alto el fuego alcanzados hace un mes, y que incluyen medidas como evitar el uso de armas de fuego para repeler a los manifestantes palestinos que cada viernes participan en la llamada Gran Marcha del Retorno, o un aligeramiento de lasdurísimas condiciones del bloqueo en la Franja, ampliando las zonas de pesca o mejorando el suministro de electricidad. Hamas violó el mencionado alto el fuego el pasado fin de semana con el lanzamiento de hasta 900 cohetes y morteros en apenas dos días. Su intención era forzar a negociar a Netanyahu aprovechando que su posición de fuerza decaía con el comienzo de los ensayos en Eurovisión. Yes que el sábado habían comenzado sus pruebas varios de los concursantes en el Centro Internacional de Convenciones de Tel Aviv, ciudad al alcance de la acción de los cohetes.

Por desgracia, desde la victoria de la israelí Netta en Portugal el año pasado, todo lo concerniente a la celebración de esta edición del Eurofestival se ha politizado. Fue Netanyahu el primero en hacerlo, apresurándose minutos después del triunfo de la cantante de Toy a celebrarlo como una gesta del pueblo judío y a anunciar que el año siguiente se celebraría el concurso en Jerusalén, en medio de la campaña apadrinada por Trump de reconocimiento diplomático de la Ciudad Santa como capital israelí. Durante meses, y ante la seria amenaza de boicot por varios países, la Unión Europea de Radiodifusión -UER- negoció con el Gobierno hebreo una alternativa. Sólo cuando Netanyahu vio peligrar seriamente la organización del evento -seguido cada año por 200 millones de personas-, dio su brazo a torcer y se comprometió a respaldar la candidatura de la ciudad de Tel Aviv.

Pese a todo, en los últimos meses han sido muchos los artistas de renombre internacional que han pedido el boicot al concurso en suelo israelí. Peter Gabriel, Ken Loach, Brian Eno y muchos otros han firmado manifiestos para denunciar lo que consideran un "blanqueamiento" de las autoridades hebreas y de su política sobre Palestina. Como reacción, días atrás otra lista larga de celebridades, incluidas el líder de KissGene Simmons, Conchita Wurst, Scott Hoffman de Scissor Sisters, el actor Stephen Fry, o la cineasta española Isabel Coixet, han secundado otra iniciativa contra el boicot. "La construcción de puentes a través de la música y las artes es un medio para lograr un mayor entendimiento y la paz en la región", se lee en la declaración promovida por la plataforma Creative Community for Peace.

Los dolores de cabeza para Netanyahu no concluirán hasta que los focos eurovisivos se apaguen. Hoy, Día de la Independencia, Israel prácticamente se paraliza. Los ensayos en el festival dieron comienzo el sábado, en vez del domingo habitual, para respetar la jornada de obligado descanso de este miércoles. Sin embargo, el Ministerio de Trabajo ha tenido que extender permisos especiales para que las empresas que organizan el concurso puedan contar con más de 2.000 empleados a pleno rendimiento en el Shabat. Los ultraortodoxos han puesto el grito en el cielo. Y el líder del partido Judaísmo Unido por la Torá ha suspendido las negociaciones con el primer ministro en funciones para la formación de Gobierno en protesta por la decisión del Departamento de Trabajo. No se antoja fácil que Israel tenga Ejecutivo hasta después de la medianoche del 18 de mayo, cuando respiremos hondo al conocer al ganador de una edición eurovisiva... que a esta hora nos mantiene en vilo.

Elmundo


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