Las cinco explosiones no nucleares más poderosas en la historia

  15 Abril 2019    Leído: 938
Las cinco explosiones no nucleares más poderosas en la historia

Este 14 de abril se cumplen 75 años de la tragedia que sacudió el puerto de Bombay (la India) en 1944. Un buque con materiales combustibles explotó dejando miles de muertos, heridos y pérdidas millonarias.

Aunque la explosión no fue nuclear, el daño causado fue comparable una de estas armas. Sputnik te presenta una lista de cinco explosiones más destructivas en la historia contemporánea.

Explosión en Bombay
El barco británico Fort Stikine llegó a Bombay el 14 de abril de 1944. El buque entregó un millón de libras en lingotes de oro a la India. Además del metal precioso, había 1.700 toneladas de explosivos (trilita, municiones) en las bodegas, así como toneladas de azufre, caucho, algodón, resina, aceite de motor y fertilizantes minerales, todos altamente combustibles.


Al descargar el buque, en una de las bodegas hubo un ligero incendio. La tripulación comenzó a extinguirlo, luego los bomberos de guardia llegaron al puerto. Sin embargo, las llamas no se detuvieron.


Unas horas más tarde, el fuego se extendió sobre las cajas de explosivos y cubrió completamente el buque de carga seca. Los edificios del puerto también se incendiaron. Pronto ocurrió la primera explosión que le arrancó la proa al barco. La segunda explosión fue aún mayor, con llamas y humo que se elevaron casi un kilómetro y fragmentos incendiarios que cayeron del cielo incendiando edificios cercanos y otros barcos en el puerto.

Las explosiones y los incendios mataron o hirieron a varios miles de personas y destruyeron docenas de barcos, cientos de edificios y almacenes. El incendio tardó dos semanas en extinguirse y acarreó pérdidas de más de 20 millones de libras esterlinas.

El perecimiento del 'Barón'
El 26 de octubre de 1916 explotó el vapor Barón Driesen en el puerto de Arjánguelsk. A diferencia de la explosión en Bombay, esta catástrofe ocurrió como resultado de un sabotaje planeado.


El barco, con varios miles de toneladas de explosivos, municiones y armas, llegó desde Nueva York. Ya estaba medio descargado cuando se produjo la primera explosión en la proa. El estallido fue tan potente que dejó atrás un cráter de más de 60 metros de diámetro. La gente la oyó a decenas de kilómetros de distancia.

Casi inmediatamente, hubo otra explosión. El fuego se extendió a otros barcos, también cargados de municiones, y se produjo una reacción en cadena incontrolable. Varios barcos, muelles y grúas portuarias quedaron completamente destruidos. Docenas de edificios y estructuras se derrumbaron. Las explosiones y los incendios causaron numerosas víctimas. Según cifras oficiales, más de 600 personas murieron aquel día.

La investigación concluyó que la causa del desastre fue un sabotaje, pero los culpables nunca fueron encontrados.

Una colisión fatal
Otra poderosa explosión no nuclear fue causada por un incendio en el buque de transporte militar francés Mont-Blanc. El incidente ocurrió en el puerto canadiense de Halifax el 6 de diciembre de 1917. Era una parada intermedia en el camino de Nueva York a Burdeos. El buque transportaba un cargamento muy peligroso: 200 toneladas de trilita, 2.300 toneladas de ácido piramidal y cientos de barriles de benceno.


Al entrar en el puerto de Halifax, el Mont-Blanc chocó con el barco noruego Imo debido a las acciones equivocadas del piloto. Un fuerte golpe a estribor provocó un derrame de benceno, y las chispas causadas prendieron fuego al líquido inflamable. Se produjo un incendio a bordo al que la tripulación no pudo hacer frente y por orden del capitán se evacuó del barco, dejándolo a su suerte.


Según estimaciones de los expertos, la potencia de la detonación alcanzó los tres kilotones. Para comparar, la potencia de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima era de 13 a 18 kilotones.

Según los pocos sobrevivientes de la tragedia, después de la explosión, el agua se evaporó bajo el barco, exponiendo el fondo del mar. El puerto de Halifax quedó casi completamente destruido. Unas 1.600 personas murieron en el lugar de la explosión y otras 500 bajo los escombros de los edificios y en los incendios. Un total de 9.000 personas resultaron heridas.

La isla minada
La explosión en la isla alemana de Heligoland, en el mar del Norte, fue llevada a cabo por el Ejército británico. Durante la Segunda Guerra Mundial, los submarinos alemanes tenían una base aquí. Era una verdadera fortaleza con numerosas fortificaciones subterráneas y baterías costeras.


La isla era bombardeada repetidamente por la aviación real británica con miles de bombas cayendo sobre un pequeño trozo de tierra. Sin embargo, los búnkeres con paredes de tres metros de ancho parecían indestructibles.

Después de la rendición de la Alemania nazi, los británicos decidieron borrar completamente sus huellas y destruir todas las fortificaciones de los alemanes. Además, tuvieron que deshacerse de una gran cantidad de municiones que sobraron de la guerra. 9.000 bombas de aguas profundas, 4.000 ojivas de torpedos, decenas de miles de granadas y otras municiones fueron llevadas a Heligoland creando el equivalente a una bomba de 6.700 toneladas.


La explosión no nuclear más fuerte de la historia ocurrió el 18 de abril de 1947. Su potencia se estima en un tercio de la potencia de la bomba atómica detonada sobre Hiroshima. El paisaje de la isla ha cambiado completamente. Hoy en día, Heligoland es una de las atracciones turísticas de Alemania.

Dos trenes
En junio de 1989, en Bashkiria, parte de la entonces URSS, tuvo lugar el mayor accidente ferroviario de la historia. Dos trenes de pasajeros se estrellaron como resultado de una explosión de gas natural.


Una ruptura se formó en el gasoducto que discurre a lo largo del ferrocarril transiberiano, en el kilómetro 1.710. La fuga no fue eliminada a tiempo, y en el valle adyacente al terraplén del ferrocarril el gas licuado se acumuló durante varios meses.

En la noche del 4 de junio, dos trenes se cruzaron en este punto. Uno iba de Novosibirsk (en Siberia) a Ádler (un sitio tradicional de veraneo para los rusos), otro, de Ádler a Novosibirsk. Las chispas causadas por el frenado de las locomotoras encendieron el gas, lo que causó una gran explosión. Posteriormente, los expertos estimaron que su potencia fue equivalente a 300 toneladas de trilita. La columna de llamas era visible desde una distancia de cien kilómetros, y el fuego cubrió un área de 250 hectáreas.

La explosión destruyó casi por completo ambos trenes junto con las locomotoras eléctricas. Muchos vagones se descarrilaron.

Había unas 1.300 personas en los trenes en aquel momento. Algunos de ellos se iban de vacaciones, otros estaban volviendo. Según varias estimaciones, entre 675 y 780 pasajeros murieron en el accidente. Más de seiscientos pasajeros sufrieron quemaduras y otras lesiones. 

Sputnik 


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