"Efectivos policiales ubicaron una toma clandestina y pipas (camiones cisterna), que salían de un conjunto de empresas, para descargar el gas LP en un tercer establecimiento", dijo la Fiscalía general en un comunicado.
La banda de ladrones utilizaba equipo profesional en la toma clandestina de un oleoducto, que incluye una bomba de servicio, nueve tanques estacionarios, tres semirremolques, 44 cilindros de gas y cuatro inmuebles.
Las instalaciones permitían ocultar el trasiego de combustible robado, llamado en el argot criminal "huachicol", palabra náhuatl (idioma indígena) referida a bebidas adulteradas.
La operación fue coordinada con el Centro Nacional de Inteligencia y la Policía Federal, para coronar una investigación que comenzó el pasado diciembre.
Desde el 20 de diciembre pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó una operación nacional contra el robo de combustible que cuesta a la compañía estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) más de 3.000 millones de dólares anuales.
Agentes de la división de Investigación y Gendarmería de la Policía Federal comenzaron el año pasado a indagar las actividades sospechosas para corroborar la denuncia de los hechos en una empresa gasera.
Los efectivos ubicaron en el lugar una toma clandestina que perforaba un oleoducto y camiones cisternas, que salían de estas empresas, para después descargar el gas natural LP en un tercer establecimiento, con fachada legal.
Las 23 personas fueron puestas a disposición de un juez federal para definir su situación jurídica.
El hallazgo coincidió con el lanzamiento de un plan gubernamental para apoyar a Pemex con 5.200 millones de dólares, que incluye reducción impositiva, monetización de pasivo laboral y ahorros potenciales como resultado del combate al robo de combustible.
De ese total de ingresos adicionales, unos 1.600 millones de dólares son esperados este año por la empresa, como resultado del combate frontal al robo en los oleoductos.
Sputnik
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