Panamá acoge cumbre mundial sobre marihuana medicinal

  12 Febrero 2019    Leído: 512
Panamá acoge cumbre mundial sobre marihuana medicinal

La floreciente industria de la marihuana medicinal celebrará su gran convención anual del 12 al 13 de febrero en Panamá, donde el CannaTech acogerá a científicos, productores, farmacéuticos, entusiastas e inversores de un mercado que mueve unos 20.000 millones de dólares al año.

"América Latina juega un papel creciente en la industria del cannabis medicinal, por el bajo costo de su producción en comparación con mercados como Europa y Estados Unidos", aseguró el activista israelí Saul Kaye, presidente de CannaTech, evento celebrado anteriormente en Tel Aviv, Londres, Sydney y Hong Kong.

En declaraciones a la prensa que cubrirá la cita, en el pintoresco Casco Viejo de la capital istmeña, Kaye señaló que el consumo de marihuana con fines terapéuticos es legal en 10 naciones latinoamericanas, y la demanda global crece rápidamente, lo cual aprovechan empresarios sin prejuicios y con mente abierta ante el potencial de estos productos para la salud, pero también para la economía.

El programa de esta peculiar cumbre incluye conferencias sobre agrotecnología, negocios y finanzas, regulaciones y descubrimientos científicos en el ámbito de un producto que muchos ven como un opiáceo más, cuyo consumo y comercialización es penado.

CannaTech es un evento médico único de su tipo, promueve un enfoque global y el intercambio de experiencia, sobre todo para romper con los tabúes y la mala fama de la marihuana, cuyos beneficios opacan, según Kaye, el costo político al que le temen los gobiernos que recelan de sus potencialidades.

"Con los crecientes costos médicos y farmacéuticos, los gobiernos recurrirán al cannabis medicinal como una mejor alternativa que no solo salva vidas, sino que también ahorra dinero", explica Kaye, un embajador mundial de los tratamientos con la también conocida como "yerba", "marijuana" o "mota"

Los defensores de esta modalidad valoran su efectividad contra dolores, náuseas, espasmos musculares, convulsiones e inflamación, así como en patologías como el cáncer, Parkinson, TEPT, epilepsia, fibromialgia, enfermedad de Chrons y dolor crónico, y que al ser regulado su consumo, bajo prescripción médica, no da margen a la adicción.

Aún así, como cualquier medicina, los llamados cannabinoides pueden dejar efectos secundarios, como somnolencia, desorientación, confusión e hipotensión, pero basta con reducir la dosis para controlarlos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en 2017 que la marihuana medicinal no debe ser considerada una droga, pues sirve como paliativo para ciertas enfermedades crónicas y pacientes con epilepsia, y no propicia la adicción al tetrahidrocannabino (THC), componente psicoactivo de la planta de cáñamo.

Al respecto, Kaye aboga por autorizar el cultivo del cannabis medicinal, apuntalado por una investigación rigurosa y un programa clínico que permita su desarrollo, algo en lo que es abanderado su país, Israel, donde incluso existe una agencia gubernamental dedicada al estudio de los cannabinoides.

Amén de sus fines medicinales, en varios estados de Estados Unidos y Uruguay ha sido legalizado incluso el consumo recreativo de la marihuana. 


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