Centenares de policías, militares o monjes desfilaron ante su ataúd, cubierto con la bandera nacional, algunos encendiendo incienso o depositando una corona de flores. El público no fue invitado a la ceremonia, que se celebró en el centro funerario nacional, en la capital vietnamita.
El fallecido líder será enterrado el jueves.

La desaparición de Tran Dai Quang, una figura destacada de los conservadores del país dentro del régimen comunista y de la represión contra los disidentes, no desestabiliza al poder puesto que el número uno del régimen es el secretario general del Partido Comunista, Nguyen Phu Trong.

El mandatario vietnamita estaba gravemente enfermo desde hacía varios meses, pero continuaba ejerciendo sus funciones oficiales a pesar de su evidente cansancio y pérdida de peso.

Vietnam recibió mensajes de condolencias de varios países, entre ello Cuba —gran aliado político y económico— y del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El dirigente fallecido era el rostro del régimen en el escenario internacional, en especial durante la cumbre de la APEC, que albergó Vietnam en noviembre pasado, y donde él asumió el papel de anfitrión del presidente estadounidense Trump, y del líder chino Xi Jinping, entre otros.

Este exministro de Seguridad Pública, una cartera clave para el régimen autoritario, marcó también su mandato con la política de represión de todas aquellas voces críticas en un país donde decenas de políticos, periodistas o blogueros, están presos.

AFP.com

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