Al emitir la orden para acelerar el proceso de la deportación de los indocumentados, el fiscal general Jeff Sessions pidió el jueves a los jueces de inmigración que “solo deberían posponer los casos en los procedimientos de deportación por buena causa”, según recoge la agencia británica de noticias Reuters.

Defendió que para mostrar la “buena causa” el solicitante debe lograr una autorización para permanecer en EE.UU., a través de pedir asilo o recibir alguna forma de visado o permiso laboral.

La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) no obstante, denunció el mismo jueves que Washington azota la puerta contra los “inmigrantes desesperados por escapar de la violencia” en sus países de origen.

Denunció que Sessions ha “malinterpretado los estándares legales aplicables a solicitar asilo”, y así ha dificultado aún más la situación para los solicitantes de asilo durante las entrevistas preliminares.

La orden del fiscal general hará un cambio tan radical en el proceso, a tal punto que los inmigrantes que hace unos meses estaban calificados para conseguir el asilo, ahora se enfrentarán a una deportación, añade ACLU.

La orden corresponde a la política de “cero tolerancia” promovida por la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, que incluye la separación de niños de sus padres, detenerlos y procesarlos ante cortes de inmigración, sin el acompañamiento de un abogado o un adulto.

Estas medidas racistas han sido denunciadas por diferentes entidades como la Organización de las Naciones (ONU) y la oenegé Amnistía Internacional (AI) que las consideran “inadmisibles” y “una tortura”. Además, los propios estadounidenses, incluso la primera dama de EE.UU., Melania, las critican.

HispanTV.es

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