“El 8 de agosto de 2018, nuestro subjefe de misión fue informado en el Departamento de Estado de las nuevas sanciones ‘draconianas’ contra Rusia por acusaciones descabelladas de usar el agente nervioso Novichok contra un ciudadano británico, Serguéi Skripal y su hija. Como siembre no fue presentada ninguna prueba”, denunció el miércoles la misión diplomática rusa en un comunicado.
La nota viene poco después de que el Departamento de Estado de EE.UU. anunciara la imposición de nuevas sanciones a Moscú al acusarlo de estar detrás del ataque químico contra el ex doble agente ruso Skripal y su hija Yulia, registrado en marzo pasado en Salisbury, sur del Reino Unido.
Según recoge la agencia oficial rusa de noticias Sputnik, la embajada rusa acusó al país norteamericano de haber creado una “línea de producción” de sanciones infundadas contra Moscú y negarse a mantener comunicaciones.
En todo caso, Rusia apuesta por una indagación abierta y transparente del envenenamiento en el suelo británico y por “un castigo para los culpables”, agregó el comunicado.
Entretanto, el Ministerio británico de Asuntos Exteriores, que responsabiliza al presidente ruso, Vladimir Putin, del fallido intento de asesinato de los Skripal, ha saludado las nuevas medidas coercitivas contra Rusia, considerando que “envía un mensaje inequívoco a Rusia de que este comportamiento provocador no quedará sin respuesta”.
Moscú siempre rechazó las acusaciones en su contra y pidió a los británicos que muestren las pruebas de la supuesta implicación rusa.
El ataque de Salisbury provocó una nueva ola de tensión diplomática y causó la mayor expulsión occidental de diplomáticos rusos desde la Guerra Fría, como resultado del apoyo de los aliados de Londres. Por su parte, Rusia actuó de manera simétrica expulsando a diplomáticos de países occidentales.
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