"Creemos que es necesario garantizar que los países de la OTAN no sean vulnerabes ante las manipulaciones políticas o forzadas en el ámbito de energía que presentan una amenaza potencial", dice el texto.
Se subraya que "un suministro de energía estable y seguro, la diversificación de las vías de importaciones, proveedores y fuentes energéticas, así como la interconectividad de las redes energéticas son clave y aumentan nuestra solidez ante la presión política y económica".

Los Estados de la OTAN indicaron que los acontecimientos en la esfera energética pueden afectar considerablemente la política y la seguridad de los países miembros y sus socios.

En el primer día de la cumbre de la OTAN, que se desarrolla el 11 y el 12 de julio en Bruselas, el presidente de EEUU, Donald Trump, acusó a Alemania de ser rehén de Rusia por los suministros de gas.

También calificó como absolutamente inaceptable que Berlín pague miles de millones de dólares por el gas ruso, y que además planee construir el gasoducto Nord Stream 2, mientras EEUU defiende a Alemania como miembro de la OTAN dedicando más dinero a defensa que ella.

El proyecto del gasoducto Nord Stream 2 prevé tender dos tuberías con capacidad total de 55.000 millones de metros cúbicos anuales entre Rusia y Alemania, a través del mar Báltico.

El nuevo gasoducto debe pasar en paralelo al ya existente Nord Stream.

En mayo pasado, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, aseguró que Washington se esforzaría en impedir que el gasoducto se construyera.

A principios de julio, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que el proyecto de construcción del gasoducto Nord Stream 2 es "puramente comercial, sin ningún motivo político". 

Sputnik

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