Cuando el extremo derecho portugués Ricardo Quaresma se lanzó con el balón controlado hacia la portería rival en una de las últimas acometidas de su equipo para salvar el partido, el uruguayo Christian Stuani se cruzó en su camino y Quaresma cayó al suelo. Los jugadores portugueses reclamaron falta, pero el colegiado no la concedió, lo que provocó la ira de Ronaldo, que empezó a gritar furiosamente a Ramos en la cara.
El árbitro permaneció tranquilo, pero no perdonó la conducta del jugador portugués y le mostró una tarjeta amarilla. Corría el minuto 93 del encuentro. Si Portugal hubiera ganado el partido, el delantero del Real Madrid se habría perdido el duelo de cuartos ante Francia.
Reuters
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