Según AzVision.az, el autor escribe que dada la ubicación de Azerbaiyán, el mantenimiento de la independencia y la soberanía del país es crucial para los intereses nacionales de Estados Unidos. Señala que Estados Unidos no debe olvidar que después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, el presidente Heydar Aliyev se convirtió en el primer líder de la comunidad de países que inmediatamente recurrió a Estados Unidos y expresó su total apoyo a Washington. Azerbaiyán también fue uno de los primeros países en enviar sus soldados a las operaciones militares dirigidas por la OTAN en Afganistán, así como a proporcionar un tránsito estratégico para los aviones de la OTAN.

Al asociarse Bakú con Georgia y Turquía, así como un fuerte apoyo y la participación de Occidente se han implementado proyectos estratégicos tales como el oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan y el gasoducto Bakú-Tbilisi-Erzurum, con especial importancia para la seguridad energética de los aliados de Estados Unidos en Europa, pone de relieve las líneas. También es importante y relevante la restauración de la Ruta de la Seda, la comunicación entre Oriente y Occidente. Desde este punto de vista, la apertura del ferrocarril Bakú-Tbilisi-Kars (BKT) es de importancia clave para el desarrollo de la región.

Sin lugar a dudas, el almirante escribe que el Cáucaso y Azerbaiyán, en particular, tienen una gran importancia geoestratégica como corredor de tránsito para los recursos energéticos mundiales, así como para cruzar importantes rutas de transporte. Las relaciones entre los Estados Unidos y Azerbaiyán continúan desarrollándose. Sin embargo, también hay intentos de interrumpir esta asociación. En particular, esto está sucediendo por parte de Armenia y el influyente lobby armenio en los Estados Unidos. Sin independencia política, Armenia sirve como "arma clave" en la campaña de desinformación dirigida contra Azerbaiyán y obstaculiza el desarrollo de las relaciones entre los Estados Unidos y este país.

Los eventos de Sumgayit de 1988 son un ejemplo ilustrativo. El autor escribe que el lobby armenio está tratando de utilizar la trágica muerte de 26 armenios durante los acontecimientos de Sumgayit organizadas bajo la dirección de un grupo étnico armenio Eduard Grigorian, como un ataque de información contra Azerbaiyán, mientras que la matanza de civiles azerbaiyanos en Joyalí está en silencio.

El almirante Lynes señala que en 1991 los nacionalistas armenios comenzaron a implementar la separación de Nagorno-Karabaj de Azerbaiyán y su anexión a Armenia que comenzó en 1988. En el curso de esta campaña, los armenios cometieron limpieza étnica contra los azerbaiyanos. La ciudad de Joyalí se interpuso en su camino. En la noche del 26 de febrero de 1992, las tropas armenias sometieron a Joyalí a bombardeos masivos. La ciudad fue destruida, más de 600 civiles fueron asesinados, incluidas mujeres, niños y ancianos, escribe el autor.

La masacre de Joyali fue planeada por los líderes de Armenia y tiene como objetivo la destrucción de personas por motivos étnicos. En resumen, la masacre de civiles en J́oyalí es un acto de genocidio. La verdadera información sobre los eventos en Sumgayit y Joyalí no se extendió en los Estados Unidos por los esfuerzos del lobby armenio, señala el autor de la publicación.

Esta campaña de desinformación debe detenerse para evitar un mayor deterioro de las relaciones entre Azerbaiyán y los Estados Unidos, la sociedad estadounidense debe recibir información veraz, concluyó James Lines.

Roksana Tarlan

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