El sexto tripulante a bordo, el piloto, pudo salir por su cuenta a la superficie después de que la máquina se precipitara por causas aún desconocidas en el agua entre Queens y Manhattan.
La aeronave, operada por Liberty Helicopters, había sido fletada para una sesión de fotos.
El comisario Daniel Nigro, del Departamento de Bomberos de Nueva York, dijo que los rescatistas trabajaron tan rápido como podían.
Sin embargo, todos salvo el piloto estaban fuertemente sujetados y hubo que cortar numerosos arneses para sacar a los demás tripulantes de una máquina que se encontraba sumergida boca abajo en un agua de apenas cuatro grados Celsius y a más de 15 metros de profundidad.
La investigación del accidente corre a cargo de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB).
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