Trump ha criticado, como ya hizo en Twitter poco después del atentado, que este programa es una «lotería» porque sus beneficiarios no deben acreditar mérito alguno. Las 50.000 visas que reparte anualmente se distribuyen entre nacionales de países con pocos inmigrantes en Estados Unidos.
«Suena bien, pero no está bien, no es bueno»,ha afirmado el magnate neoyorquino. «Nunca ha estado bien y nosotros siempre hemos estado en contra», ha añadido, recalcando que fue una propuesta demócrata, aunque se firmó bajo el Gobierno de George Bush (1989-1993).
El Departamento de Seguridad Nacional ha confirmado este mismo miércoles que Saipov, un uzbeko de 29 años, llegó a Estados Unidos en 2010 gracias a este programa.
Por su parte, la portavoz gubernamental Sarah Sanders ha avanzado que Estados Unidos podría incluir a Uzbekistán en el listado de países cuyos nacionales tienen prohibido entrar en el país. «Desde luego, no lo hemos descartado», ha dicho en una rueda de prensa.
A su llegada a la Casa Blanca, Trump dictó un veto migratorio que afectaba a siete países de mayoría musulmana pero fue bloqueado por los tribunales, lo que le ha obligado a enmendarlo hasta en dos ocasiones.
En su última versión, afecta a los nacionales de Irán, Chad, Libia, Siria, Yemen y Somalia, así como a funcionarios de Corea del Norte y Venezuela, y también ha encontrado oposición judicial.
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