La declaración, redactada en tres idiomas, estaba dirigida al Parlamento Europeo, al Parlamento de los Países Bajos (Tweede Kamer), así como a los partidos políticos y a las organizaciones públicas representadas en el Parlamento holandés.
La declaración hacía hincapié en la política de parcialidad de los dirigentes de la URSS contra Azerbaiyán, la ausencia de responsabilidad de los crímenes cometidos por los armenios en Nagorno-Karabaj.
Destacaba la masacre cometida en la noche del 19 al 20 de enero de 1990, cuyo objetivo era impedir el movimiento nacional y romper la voluntad de independencia del pueblo azerbaiyano. El documento deploraba el hecho de que este crimen haya quedado impune hasta la fecha.
La declaración también pedía la evaluación legal de todos los crímenes cometidos contra el pueblo azerbaiyano.
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