La obra insumió una inversión de 40 millones de euros y comenzó a ejecutarse en el año 2000, bajo la presidencia del popular José María Aznar y tuvo un pico de 6.200 pasajeros en 2009, indicó el portal. Sin embargo, cuando la línea Pyrenair dejó de funcionar en 2011, el flujo cayó casi por completo. Los aeropuertos españoles han sido citados como ejemplo de obras sobredimensionadas o sin una utilidad real por los organismos de la Unión Europea (UE). Un informe de 2014 del Tribunal de Cuentas de la UE, que auditó ocho terminales españolas, reveló errores en la planificación de las obras y falta de coordinación en función de la infraestructura ya disponible.
Sputnik
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