Bruselas da un mes a Polonia para corregir la reforma que politiza la justicia
Bruselas duda de que la marcha atrás parcial que ha dado Polonia esta semana (con la negativa del presidente polaco, Andrezj Duda, a firmar dos de las leyes más polémicas) implique un cambio de rumbo en su deriva autoritaria. El día después de ese gesto político, Duda sancionó otra de las normas controvertidas, la que permite al ministro de Justicia nombrar a todos los presidentes de los juzgados ordinarios y rebaja la edad de la jubilación, con distinto límite según el género: 60 años para las mujeres, 65 para los hombres. La Comisión recela de apretar directamente el llamado botón nuclear, que permite en última instancia despojar al país de sus derechos de voto en la UE, pero por primera vez incluye esa amenaza en el escrito enviado este miércoles a Varsovia. Y señala una línea roja que la desencadenaría automáticamente: el despido de los jueces del Supremo. Esta medida estaba prevista en una de las normas que el presidente ha ordenado reformular, pero la revisión no garantiza que desaparezca el riesgo.
“Si el Gobierno polaco sigue minando la independencia del sistema judicial y el Estado de derecho en Polonia, no tendremos otra opción que activar el artículo 7 [el referente a los derechos de voto]”, ha alertado el propio presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en un comunicado. Su número dos, el vicepresidente Frans Timmermans, ha incluido todos estos razonamientos en una nueva recomendación —la tercera— enviada a Varsovia para que cumpla con el Estado de derecho. “Pero esa recomendación no impide que activemos automáticamente el artículo 7. Instamos a Polonia a que no tome ninguna medida que fuerce el retiro de los jueces del Supremo; si lo hace, se lanzará automáticamente el artículo 7”, ha concretado Timmermans en conferencia de prensa.
La primera reacción desde Polonia arroja pocas esperanzas sobre un cambio de rumbo. “No aceptaremos el chantaje de los responsables europeos, especialmente si ese chantaje no se basa en hechos”, ha espetado a la Comisión el portavoz del Gobierno polaco, Rafal Bochenek, en declaraciones a la agencia de noticias polaca PAP. Pese a la contestación interna y externa que experimenta el Ejecutivo polaco, el portavoz defiende que todo lo aprobado en su país se ajusta a las reglas democráticas.ElPais