En diciembre pasado el mandatario filipino y su homólogo de EEUU mantuvieron una conversación telefónica que duró siete minutos.
Durante la conversación, Trump invitó a Duterte visitar la Casa Blanca en 2017 e indicó que la lucha contra las drogas en Filipinas se lleva a cabo "de manera correcta".
El líder filipino elegido en mayo 2016 aboga por una lucha sin cuartel contra drogadictos y narcotraficantes.
Según la policía, desde que Duterte asumió el cargo, fueron abatidas en el país cerca de 3.000 personas relacionadas con el narcotráfico o el consumo de las drogas.
La comunidad mundial, en particular el anterior Gobierno estadounidense de Barack Obama, condenó en reiteradas ocasiones la política antidrogas del líder filipino, quien aseguró que sería feliz si los tres millones de drogadictos filipinos fueran asesinados.
Sputnik
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