De acuerdo con los datos técnicos de la Gobernación de Oruro al menos 703 kilómetros cuadrados de los 2.500 que comprende el lago fueron repuestos de manera natural, explicó el gobernador, quien añadió que según las proyecciones oficiales se espera que en 2020 este reservorio de agua recupere todo su esplendor. Vásquez remarcó que en el altiplano boliviano la única posible fuente de agua son las lluvias y estas propiciaron el "retorno del lago Poopó". El funcionario recordó que el 2015 fue el año más crítico para la región, pues el lago se había reducido a pequeños charcos, obligando a una población de cerca de diez mil familias aymaras y unas 500 de la comunidad originaria Uru Muratos a migrar de la zona y buscar otras fuentes de sustento. "La situación de los Urus es la más preocupante, porque esas personas no tienen tierras para el pastoreo y la ganadería y vivían exclusivamente de la caza y pesca en lago Poopó", señaló Vásquez.
"Estamos esperanzados en que la recuperación del lago va a seguir avanzando y de acuerdo a la experiencia de quienes hemos vivido en la región sabemos que el ciclo de vaciarse y llenarse el lago tarda entre tres a cinco años", agregó. La Gobernación está promoviendo el uso racional del agua para la agricultura y la ganadería y se están adoptando medidas para evitar su contaminación producto de la intensa actividad minera en la zona, explicó el gobernador. En 2016 investigadores ambientalistas y de la Agencia Espacial Europea dieron por perdido el lago Poopó debido a los efectos del cambio climático y a la falta de políticas de protección de este reservorio de agua, uno de los más importantes de Bolivia.
Sputnik
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